La compañía española Iberdrola ha iniciado un proceso definitivo para salir del mercado mexicano, contratando a Barclays Bank para vender sus últimas quince plantas de generación eléctrica, valoradas en aproximadamente 4,689 millones de dólares.

Esta estrategia forma parte de una política empresarial para retirarse de forma silenciosa de los países donde no encuentra seguridad jurídica para sus inversiones, reveló el diario El Confidencial.

Las plantas a la venta incluyen seis parques eólicos, tres solares y seis centrales de cogeneración y ciclo combinado distribuidas en varios estados, como Nuevo León, Puebla y Guanajuato. En conjunto, representan cerca de 2 mil 600 MW de capacidad instalada, y su operación genera más de 400 millones de euros en beneficios anuales (EBITDA).

Diversos fondos estadounidenses se han interesado en los activos, los cuales Iberdrola conservó tras vender el 55 % de sus operaciones al gobierno mexicano en 2023 por 5 mil 800 millones de euros. La transacción se concretó tras tensiones políticas entre la empresa y el entonces presidente López Obrador, pero finalizó en buenos términos, logrando beneficios de más de mil millones para la empresa.

La decisión de retirarse también responde al endurecimiento del ambiente político bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum Pardo, quien, a pesar de impulsar las energías renovables, mantiene una postura populista más rígida que su antecesor, que en 2022, a través de la Comisión Reguladora de Energía impuso una fuerte sanción a Iberdrola por venta indebida de electricidad bajo esquemas de autoabastecimiento.

El mercado ha reaccionado positivamente a la desinversión, con acciones de Iberdrola alcanzando máximos históricos. Pedro Azagra, nuevo CEO, espera que esta segunda etapa de salida también fortalezca la salud financiera de la empresa, permitiéndole reducir deuda y aumentar el dividendo.