Miguel Barbosa y Alejandro Armenta han jalado la marca mediática en los últimos dos meses. El candidato y el que quiso ser se enfrascaron en comentarios que atentaban contra la probidad de uno y de otro. Parecía irreconciliable la relación.

Finalmente hubo acuerdo entre los dos; el que quiso ser y no pudo se desistió de sus argucias legales y políticas y han posado juntos para las cámaras y periodistas.

Pero, entre la militancia de Morena se preguntan: ¿cuál fue el acuerdo?

¿Qué pactaron? 

Algunos atrevidos que presumen de estar al tanto de todo cuanto sucede en la política aseguran que Fernando Manzanilla fue el que brindó, sin pretenderlo, la oportunidad de la reconciliación.

Y aseguran, si el acuerdo se cumple, Fernando no será el secretario General de Gobierno en el próximo sexenio.

¿Será? Perdón ¿No será?