Jueves, agosto 28, 2025

28 agosto, 2025

Luis Enrique Sánchez Díaz

La Sombra de Minerva: Anatomía del Negocio Incorporado a la BUAP

Introducción: La Universidad como Franquicia: El Negocio de la Exclusión

Cada verano, en Puebla, se escenifica un ritual tan predecible como desolador. Miles de jóvenes, armados con la esperanza forjada en años de estudio, se enfrentan a los resultados del examen de admisión de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Para la gran mayoría, el veredicto es un rechazo lacónico, una puerta cerrada. En 2023, más de 45,000 aspirantes vieron sus sueños truncados por los criterios de una institución que, en el discurso, se erige como pilar del derecho a la educación. Pero este drama anual no es una tragedia sin beneficiarios. Al contrario, es el calculado primer acto de un modelo de negocio extraordinariamente lucrativo.

Mientras la desilusión se asienta, emerge una solución convenientemente empaquetada. Folletos satinados y campañas digitales anuncian una “segunda oportunidad”. Decenas de escuelas privadas, bajo el sello de “incorporadas a la BUAP”, ofrecen a los rechazados la misma promesa: un plan de estudios avalado, un certificado con el prestigio de Minerva y la posibilidad de no “perder un año”. Lo que no se anuncia con el mismo estruendo es el precio de esta consolación. Este sistema no es un programa de extensión académica; es un sofisticado mecanismo de mercado que convierte la exclusión masiva en una fuente de ingresos privados.

Este informe se adentra en las entrañas de esa maquinaria. Se propone desmantelar la contradicción fundamental de una universidad pública y autónoma —teóricamente un motor de movilidad social y un bastión del conocimiento accesible— que ha perfeccionado el arte de actuar como arquitecta y principal beneficiaria de un mercado educativo paralelo, privado y oneroso. El modelo funciona con la lógica implacable de una franquicia: la BUAP, cual corporación, licencia su activo más valioso —su nombre, su legitimidad académica— a una red cuidadosamente seleccionada de operadores privados. Muchos de estos operadores, como se demostrará, no son empresarios ajenos, sino figuras que han emergido del propio corazón de la universidad, exrectores y exdirectores que han sabido transmutar su influencia pública en patrimonio privado.

A lo largo de las siguientes secciones, este análisis seguirá el rastro del poder y el dinero. Se examinará la justificación oficial del sistema para revelar su verdadero fundamento económico. Se identificarán a los actores clave, los dueños del aula, que han construido imperios educativos a la sombra de la universidad pública. Se desglosará la burocracia interna que facilita y perpetúa estos privilegios, y se medirá el impacto corrosivo de esta red en la política universitaria, especialmente en la sucesión de la rectoría. Finalmente, se expondrá el costo real de este modelo: un sistema que, bajo el velo de la autonomía, ha institucionalizado un cacicazgo que lucra con la esperanza de los jóvenes a quienes primero rechaza. Esta es la anatomía de un negocio perfectamente diseñado, donde la escasez fabricada en la casa pública se convierte en abundancia en los bolsillos privados.

I. El Origen del Pecado: Una Breve y Conveniente Historia de la “Incorporación”

Para comprender la magnitud del sistema de escuelas incorporadas, es imperativo despojarlo de su ropaje retórico. Oficialmente, se presenta como un mecanismo virtuoso de expansión educativa. En la práctica, es la piedra angular de un mercado diseñado para capitalizar la demanda que la propia universidad se niega a satisfacer. Su historia no es la de una misión altruista, sino la de la creación deliberada de un ecosistema económico donde la exclusión es la materia prima.

El Discurso de la Calidad: La Fachada Normativa

La narrativa oficial, promovida tanto por la BUAP como por las propias escuelas incorporadas, se centra en la idea de “garantizar la calidad”. Una institución “incorporada” es aquella que, siendo privada, cuenta con el reconocimiento oficial de la BUAP, sigue sus planes de estudio y se adhiere a sus estándares académicos. Para los estudiantes, el principal “beneficio” es la obtención de un certificado con validez oficial de la máxima casa de estudios, lo que, en teoría, facilita la continuación de estudios superiores o la inserción laboral.

Este discurso se despliega con especial eficacia en el marketing dirigido a los aspirantes rechazados. Se les presenta como una “segunda oportunidad” que evita el “estrés de repetir el examen” o la frustración de esperar un año entero. El mensaje es claro y seductor: “Si no pasaste el examen de la BUAP, no estás fuera. […] Tu título sigue siendo BUAP”. De este modo, el sistema se autolegitima como una solución benevolente a un problema estructural, una válvula de escape para la presión social generada por la falta de espacios en la educación pública.

Este andamiaje discursivo se sostiene sobre un marco legal específico: el Reglamento General de la Validación, de la Revalidación y de la Incorporación de Estudios a la BUAP. Este documento formaliza la relación comercial bajo la apariencia de supervisión académica. Establece que las escuelas deben pagar una “cuota de refrendo de incorporación en forma anual” para mantener su estatus, y les permite usar el escudo y nombre de la BUAP en su papelería, siempre que aclaren su condición de “incorporada”. En esencia, el reglamento no es más que el contrato de licencia de una franquicia, donde la marca “BUAP” se alquila a cambio de una renta anual y la promesa de seguir el manual de operaciones (el plan de estudios).

La Máquina de Excluir: Creando el Mercado Cautivo

El modelo de negocio de las escuelas incorporadas no podría existir sin su contraparte indispensable: la política de admisión restrictiva de la propia BUAP. El sistema no resuelve una demanda preexistente, sino que se nutre de la demanda que la universidad genera activamente cada año al limitar su matrícula. Los números son elocuentes y revelan que la exclusión no es un efecto secundario indeseado, sino la característica central que alimenta el mercado.

Según un análisis detallado del académico Germán Sánchez Daza, el número de aspirantes rechazados por la BUAP ha crecido de manera constante, pasando de 24,400 en 2009 a la asombrosa cifra de 45,498 en 2023. De estos últimos, 38,000 correspondían al nivel licenciatura, donde la tasa de rechazo supera el 60%. Si se considera que la matrícula total de la BUAP ronda los 95,000 a 110,000 estudiantes , la magnitud de la exclusión se vuelve evidente. Cada año, la universidad produce un “ejército” de aspirantes frustrados, un mercado cautivo perfectamente definido y listo para ser explotado por el sistema privado que ella misma avala.

Esta dinámica crea un ciclo económico que se perpetúa a sí mismo. La BUAP, como entidad, se beneficia directamente de mantener una capacidad limitada. Por un lado, una matrícula contenida le permite argumentar mayores estándares de calidad y una mejor relación de recursos por estudiante. Por otro, y de manera más cínica, cada estudiante rechazado es un cliente potencial para una escuela incorporada, la cual, a su vez, paga a la BUAP por su licencia de operación. Expandir significativamente la matrícula pública implicaría canibalizar los ingresos generados por el sistema de franquicias. Por lo tanto, el “fracaso” del sistema de admisión pública se convierte en el “éxito” financiero del modelo incorporado.

La tan publicitada política de “Rechazo Cero” en el nivel medio superior no desmiente esta lógica; la confirma. Esta medida, aunque positiva en apariencia, funciona como una hábil maniobra de relaciones públicas que desvía la atención del verdadero cuello de botella: el nivel licenciatura. Al ofrecer una solución en el segmento menos lucrativo (las preparatorias), la universidad proyecta una imagen de compromiso social mientras deja intacto el núcleo de su negocio, que reside en la exclusión masiva de aspirantes a carreras universitarias, donde las colegiaturas son más altas y el mercado es mucho más rentable.

El Ecosistema Económico: Cuantificando el Negocio

La red de escuelas incorporadas constituye un sector económico de peso considerable en el estado de Puebla. El ecosistema abarca decenas de preparatorias distribuidas por toda la entidad y una creciente lista de instituciones de nivel superior que ofrecen una amplia gama de licenciaturas, desde Derecho y Administración hasta Estomatología e Ingenierías. Instituciones como el Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla, la Universidad Siglo XXI, el Instituto Universitario Francisco Ugalde o el Centro Educativo de la Región de Texmelucan son solo algunos de los nombres más visibles en este vasto archipiélago educativo.

Aunque la BUAP no publica cifras consolidadas de la matrícula total en sus escuelas incorporadas, los datos disponibles permiten estimar su dimensión. Un informe periodístico mencionaba una oferta de “más de 8 mil lugares” disponibles a través de este sistema , lo que sugiere una población estudiantil que se cuenta por decenas de miles.

El impacto económico se vuelve más claro al analizar el costo para las familias. Mientras un estudiante de la BUAP paga cuotas de inscripción relativamente modestas, que oscilan entre $700 y $3,500 MXN por periodo , los alumnos de las incorporadas enfrentan un esquema de costos completamente diferente. Las colegiaturas mensuales pueden ir desde $2,500 MXN en una preparatoria como la Marie Curie hasta más de $4,500 MXN en licenciaturas del Instituto de Ciencias Jurídicas , a lo que se suman inscripciones anuales de hasta $5,000 MXN. Un cálculo conservador, asumiendo una matrícula de 20,000 estudiantes con una colegiatura promedio de $3,500 MXN por diez meses, arroja una facturación anual de al menos 700 millones de pesos. Esta cifra, que no incluye inscripciones, reinscripciones, cuotas por exámenes y otros cobros, subraya la envergadura de un negocio construido sobre los cimientos de la exclusión educativa.

II. Los Dueños del Aula: Retrato de la Nomenklatura Universitaria

El sistema de escuelas incorporadas no es una estructura anónima. Detrás de los logotipos y las misiones institucionales se encuentra una red de individuos con nombres y apellidos, una élite universitaria que ha sabido capitalizar su paso por la administración pública para construir prósperos negocios educativos privados. El análisis de quiénes son los propietarios y directores de las principales instituciones incorporadas revela un patrón sistemático de conflictos de interés, nepotismo y el uso de la influencia política para beneficio personal. Es la historia de cómo la nomenklatura de la BUAP se aseguró un lucrativo plan de retiro.

El Arquetipo del Conflicto de Interés: Germán Molina Carrillo

El caso de Julián Germán Molina Carrillo es emblemático y sirve como arquetipo para entender el funcionamiento de la red. Según su propio currículum, Molina Carrillo fungió como Director General de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la BUAP en el bienio 1990-1992. Apenas concluido su encargo, en julio de 1992, fundó el Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla (ICI), una de las primeras y más influyentes escuelas en obtener el estatus de “incorporada” a la BUAP.

La cronología es irrefutable y dibuja un claro ejemplo de “puerta giratoria”. Un alto funcionario universitario, con acceso a información privilegiada, control sobre los planes de estudio y una red de contactos consolidada, deja su puesto público para crear, de inmediato, una empresa privada cuyo modelo de negocio depende enteramente de la validación de la institución que acaba de dirigir. Lejos de ocultar esta flagrante colisión de intereses, su biografía oficial presenta ambos cargos —Director en la BUAP y Director Fundador del ICI— como logros consecutivos y complementarios. Este acto no solo demuestra la normalización de una práctica éticamente cuestionable, sino que establece el modelo a seguir para otros miembros de la élite universitaria.

La Sombra de los Rectores: Esparza, Agüera y el Círculo de Poder

La consolidación y expansión de este negocio no podría haberse dado sin el beneplácito, y en muchos casos la participación activa, de las más altas esferas de la rectoría. Los rectores, como guardianes últimos de la política universitaria, han sido piezas clave en la protección y fomento de este modelo.

  • Alfonso Esparza Ortiz (Rector 2013-2021): Durante su gestión, la relación simbiótica entre la rectoría y las escuelas incorporadas se hizo explícita. En 2017, la Asociación de Universidades e Instituciones de Educación Media Superior y Superior (AUIEMSS), un lobby que agrupa a muchas de estas escuelas y es liderado por figuras como Germán Molina, expresó públicamente su apoyo a la reelección de Esparza. Este respaldo no fue un gesto académico, sino un acto político calculado para asegurar la “continuidad” de un proyecto que garantizaba la supervivencia y prosperidad de sus negocios. Las posteriores investigaciones contra Esparza por presunto desvío de recursos millonarios a través de empresas fantasma arrojan una luz aún más sombría sobre las alianzas y los pactos financieros que sustentaron su poder.
  • Enrique Agüera Ibáñez (Rector 2004-2013): El rectorado de Agüera fue un periodo de notable expansión para la BUAP, tanto en su oferta pública como en la consolidación del modelo incorporado. Durante su mandato, personajes clave de su círculo cercano ocuparon posiciones estratégicas en la administración financiera de la universidad. Uno de los más relevantes fue Armando Valerdi y Rojas, quien, tras una larguísima carrera como Tesorero General, se desempeñó como Vicerrector de Planeación y Desarrollo Institucional bajo la rectoría de Enrique Doger, el predecesor de Agüera, y fue un fuerte contendiente para sucederlo, aunque finalmente Agüera se impuso. La continuidad de estas figuras en el aparato financiero durante la época de mayor auge del sistema incorporado es un indicio de la complicidad institucional que permitió su florecimiento.
  • José Marún Doger Corte (Rector 1990-1997): Su periodo es fundamental, pues fue bajo su rectorado cuando el sistema se formalizó y echó raíces. La Dirección de Administración Escolar (DAE), el engranaje burocrático clave para las incorporadas, adquirió su estatus actual en 1992 , el mismo año en que Germán Molina fundó el ICI. Esta coincidencia temporal no es menor. Años más tarde, la AUIEMSS, la misma asociación de escuelas privadas, respaldaría a Doger Corte como candidato a gobernador interino de Puebla, cerrando el círculo de favores y lealtades políticas construidas a lo largo de décadas.

Cacicazgos Familiares y Conexiones Políticas

El modelo no solo se basa en relaciones profesionales, sino que se extiende a lazos familiares, creando verdaderos cacicazgos que heredan la influencia universitaria como si fuera un patrimonio.

  • La Dinastía Nares: Guillermo Nares Rodríguez fue un influyente Director de la Facultad de Derecho de la BUAP, con aspiraciones políticas que lo llevaron a ser postulado como síndico en la planilla de Antonio Gali Fayad. Su hija, María de Lourdes Nares Rodríguez, figura como directora de la preparatoria incorporada “Instituto de Estudios Avanzados Siglo XXI, A.C.”. Este es un claro ejemplo de cómo el poder dentro de la universidad se traduce en oportunidades de negocio para el círculo familiar más cercano, perpetuando la influencia a través de generaciones.
  • El Guardián de las Finanzas: La figura de Armando Valerdi y Rojas es central. Ocupó el cargo de Tesorero General de la BUAP durante catorce años, de 1990 a 2004 , un periodo que abarca la creación y consolidación del sistema de incorporadas. Un revelador artículo de archivo de 1997, publicado por e-consulta, ya advertía sobre la necesidad de “frenar la creación de escuelas incorporadas, por negocio”, y en la misma nota se mencionaba que Valerdi y Alfonso Esparza serían ratificados en sus puestos de tesorero y auditor, respectivamente. Este documento es una prueba contundente de que la naturaleza mercantil y problemática del sistema era un secreto a voces dentro de la universidad desde hace más de dos décadas, y que los responsables de las finanzas universitarias estaban en el centro de esta estructura.

La evidencia, en su conjunto, dibuja un mapa de poder claro. La red de escuelas incorporadas no es un conjunto de instituciones independientes, sino un cártel de intereses que opera como un lobby político unificado. Su apoyo coordinado a candidatos a la rectoría no busca el avance académico, sino la protección de un modelo de negocio que depende directamente de las políticas de la administración central. Han convertido la autonomía universitaria en un escudo para proteger sus intereses privados, transformando un bien público en una fuente de riqueza para una élite endogámica.

Institución IncorporadaFundador / Figura ClavePosición en la BUAPPeriodo en la BUAPAño de FundaciónNaturaleza de la Conexión
Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla (ICI)Julián Germán Molina CarrilloDirector, Fac. de Derecho y Ciencias Sociales1990-19921992Puerta Giratoria
Instituto de Estudios Avanzados Siglo XXI, A.C.María de Lourdes Nares Rodríguez(Directora)N/AN/ALazo Familiar (Hija de Guillermo Nares, ex-Director Fac. Derecho)
Varias Instituciones (AUIEMSS)Armando Valerdi y RojasTesorero General1990-2004N/ASupervisión Financiera durante la creación y expansión del sistema
Varias Instituciones (AUIEMSS)José Marún Doger CorteRector1990-1997N/ARectorado durante la formalización del sistema de incorporación

III. La Red Interna: Operadores y Engranajes del Privilegio

Para que el lucrativo negocio de las escuelas incorporadas funcione con la precisión de un reloj suizo, no basta con la voluntad de los altos mandos. Se requiere una maquinaria burocrática bien aceitada dentro de la propia BUAP, una serie de departamentos y funcionarios cuya labor diaria es gestionar, legitimar y, en última instancia, facilitar las operaciones de esta red. Esta sección desentraña cómo la estructura administrativa de la universidad ha sido moldeada para servir a los intereses del sistema incorporado, a menudo utilizando los reglamentos no como herramientas de calidad, sino como instrumentos de control y negocio.

Los Guardianes de la Puerta: DAE y CGEI

En el corazón de la operación se encuentran dos dependencias clave que actúan como los guardianes y administradores del sistema:

  1. La Dirección de Administración Escolar (DAE): Esta es la sala de máquinas de todo el proceso. Dentro de su estructura, existe un departamento dedicado exclusivamente a las Escuelas Incorporadas, actualmente bajo la responsabilidad de Iván Irving Velázquez Heredia. Este departamento es el punto de contacto para todos los trámites cruciales: procesa las solicitudes de incorporación, gestiona el cobro de la “cuota de refrendo” anual, y lo más importante, emite los documentos oficiales que otorgan la legitimidad de la BUAP a los estudiantes de las escuelas privadas. Desde un certificado de estudios hasta el título profesional , cada papel que lleva el sello de la BUAP y se entrega a un estudiante de una escuela incorporada pasa por este filtro. La DAE, por tanto, no es un simple administrador, sino el ente que monetiza la marca BUAP, convirtiendo un sello de tinta en un producto de alto valor.
  2. La Coordinación General de Escuelas Incorporadas (CGEI): Si la DAE es la operación, la CGEI es la supervisión estratégica. Dirigida por José Primitivo Caselin Rosas y reportando directamente a la rectora, Lilia Cedillo Ramírez , esta coordinación es la cara pública del sistema. Su misión declarada es “mantener la alta calidad de las Escuelas Incorporadas”. Sin embargo, su función principal parece ser la de enlace político y administrativo entre la cúpula universitaria y los dueños de las escuelas. Organiza reuniones, asiste a eventos y da seguimiento a las actividades de la red, asegurando que la relación entre la “casa matriz” y sus “franquicias” se mantenga fluida y alineada con los intereses de la rectoría.

La existencia misma de estas dos oficinas, con personal y presupuesto asignados, demuestra que el sistema de incorporadas no es una actividad marginal o secundaria para la BUAP. Es una línea de negocio institucionalizada, integrada plenamente en su organigrama y operación diaria.

El Tráfico de la Legitimidad: El Reglamento como Herramienta de Negocio

El marco normativo que rige a las escuelas incorporadas, lejos de ser un simple garante de la calidad académica, está diseñado para crear una relación de dependencia y control que beneficia tanto a la administración universitaria como a los dueños de las escuelas.

El Reglamento de Incorporación es explícito en sus exigencias financieras. El Artículo 18 establece que las escuelas deben “cubrir su cuota de refrendo de incorporación en forma anual”. Este pago no es opcional; el Artículo 19 advierte que el retraso en los trámites administrativos o de pago puede impedir la autorización del refrendo. Esta cláusula otorga a la administración de la BUAP una palanca de poder inmensa. La supervivencia económica de cada escuela incorporada depende de la renovación anual de su licencia, una decisión que, en última instancia, recae en los funcionarios universitarios. Esta dependencia es la que asegura la lealtad política del bloque de incorporadas, pues cualquier disidencia podría ser castigada con la no renovación del contrato, lo que equivaldría a una sentencia de muerte comercial.

Paradójicamente, el mismo reglamento ofrece concesiones que son altamente ventajosas para los operadores privados. El Artículo 25 del reglamento original estipula que “El examen de admisión será elaborado y aplicado por la misma escuela”. Esta es una cláusula crucial: permite a las escuelas privadas tener control total sobre su proceso de admisión, eliminando las barreras de entrada para los estudiantes rechazados por la BUAP, mientras siguen vendiendo un producto final con la marca BUAP. Es el arreglo de negocio perfecto: se externaliza el riesgo y el costo de la selección, pero se retiene el prestigio de la marca pública.

Este sistema opera en una zona gris que roza la violación de las propias políticas de la universidad. El documento de Políticas y lineamientos-Conflicto de interés BUAP prohíbe a los miembros de la comunidad universitaria “comprar, adquirir o por cualquier medio ser titulares de acciones o partes sociales en empresas competencia de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla” o “propiciar y establecer relaciones personales o comerciales, o actividades que puedan afectar” la imparcialidad. La trayectoria de figuras como Germán Molina Carrillo, que pasó directamente de dirigir una facultad a fundar una escuela incorporada que compite por los mismos estudiantes, es un desafío directo al espíritu de esta normativa. La red interna, al facilitar y legitimar estas operaciones, se convierte en cómplice de la institucionalización del conflicto de interés.

IV. El Botín Político y Económico: Cacicazgos y Capital

El sistema de escuelas incorporadas es mucho más que un simple arreglo administrativo; es una estructura de poder que genera enormes beneficios económicos para unos pocos y consolida una influencia política decisiva dentro de la universidad. Al analizar el flujo de dinero y las dinámicas de poder, emerge un panorama claro: la exclusión educativa ha sido convertida en un botín que alimenta cacicazgos y perpetúa el control de una élite sobre la institución pública.

La Rentabilidad de la Exclusión: Un Análisis de Costos

La disparidad económica entre estudiar en la BUAP y hacerlo en una de sus franquicias privadas es abismal. Es aquí donde la lógica extractiva del modelo se revela en toda su crudeza. Un estudiante admitido en la BUAP paga cuotas de inscripción y reinscripción que, dependiendo de la carrera, pueden sumar unos pocos miles de pesos al año. En contraste, un estudiante rechazado que opta por una escuela incorporada se enfrenta a un desembolso radicalmente mayor.

Por ejemplo, en el Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla, la colegiatura mensual es de $4,500 MXN, con una inscripción anual de otros $4,500 MXN. Esto suma un total de $49,500 MXN al año, sin contar cuotas adicionales por exámenes u otros conceptos. En la Universidad Siglo XXI, el costo anual se estima en $22,800 MXN. Estas cifras representan un múltiplo de entre 5 y 10 veces el costo de la educación pública. Se trata de una privatización de facto del costo educativo, donde la carga financiera que debería ser asumida por el Estado a través de la universidad pública es transferida directamente a las familias de los estudiantes excluidos.

El ejemplo más revelador de esta extracción de valor es la cuota por el trámite de titulación. Un egresado de la BUAP paga $500 MXN por su título. Un egresado de una escuela incorporada, por el mismo documento emitido por la misma Dirección de Administración Escolar, debe pagar $2,382.50 MXN. Esta diferencia de casi el 400% no corresponde a ningún costo administrativo adicional significativo. Es, en esencia, una “tasa de marca”, un sobreprecio que la universidad cobra por imprimir su sello en el certificado de un estudiante que cursó sus estudios en una entidad privada. Es la prueba irrefutable de que la BUAP no solo permite el negocio, sino que participa directamente en sus ganancias.

Servicio / CuotaCosto en BUAP (Público)Costo Promedio en Escuela Incorporada (Privado)Multiplicador de Costo (Privado vs. Público)Fuentes
Matrícula Anual (Estimada)~$5,000 MXN~$45,000 MXN~9x 
Cuota de Titulación$500.00 MXN$2,382.50 MXN~4.8x 

El Voto que No Existe (Pero Pesa): Influencia en la Sucesión Rectoral

Formalmente, las escuelas incorporadas no tienen un papel en la gobernanza de la BUAP. La Ley de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y su Estatuto Orgánico establecen que el Consejo Universitario —el máximo órgano de gobierno, responsable de nombrar al rector— está integrado por autoridades, académicos, alumnos y personal no académico de la universidad pública. Los reglamentos electorales son claros: el voto es sectorial, individual y secreto, y el padrón se compone exclusivamente por miembros de la comunidad universitaria oficial. En el papel, los dueños de las escuelas incorporadas no tienen ni un solo voto.

Sin embargo, su poder político informal es inmenso y ha demostrado ser decisivo. El episodio más claro fue el proceso de reelección de Alfonso Esparza en 2017. La asociación que aglutina a las principales escuelas incorporadas, con Germán Molina Carrillo como vocero, no dudó en manifestar públicamente su “apoyo a la reelección del doctor Alfonso Esparza”, argumentando la necesidad de dar “continuidad” a su proyecto. Este tipo de respaldo público, proveniente de un bloque económicamente poderoso y con profundas conexiones dentro de la universidad, tiene un peso político formidable. Funciona como una señal para otros grupos de poder, crea una percepción de consenso y, muy probablemente, se traduce en apoyo financiero y logístico para la campaña del candidato favorecido.

En un entorno político tan complejo como el de la BUAP, donde la sucesión rectoral es a menudo una batalla entre diferentes facciones y cacicazgos , contar con el respaldo del “cártel de las incorporadas” es un activo estratégico. Este bloque no vota, pero influye. No participa en el Consejo, pero sus intereses pesan en las decisiones que allí se toman. Su lealtad está garantizada para cualquier rector que se comprometa a no alterar el statu quo que les permite prosperar: la política de admisión restrictiva y la renovación puntual de sus licencias de operación.

La Perpetuación del Cacicazgo: Un Círculo Vicioso de Poder

La interacción entre los beneficios económicos y la influencia política crea un círculo vicioso que perpetúa a la misma élite en el poder. El modelo funciona de la siguiente manera:

  1. Acumulación de Capital: Exfuncionarios de la BUAP utilizan su posición para crear escuelas privadas que se benefician del sistema de incorporación, acumulando una considerable riqueza personal.
  2. Inversión Política: Este capital económico se reinvierte políticamente. Los dueños de las incorporadas utilizan su influencia y recursos para apoyar a candidatos a la rectoría que garanticen la continuidad del modelo de negocio.
  3. Consolidación del Poder: El rector electo, en deuda con este bloque, protege y expande el sistema, asegurando que las políticas de exclusión se mantengan y que las licencias de sus aliados se renueven sin contratiempos.
  4. Reproducción de la Élite: El ciclo se repite, consolidando un cacicazgo universitario donde el poder no se basa en el mérito académico, sino en la capacidad de controlar este lucrativo negocio.

Este sistema representa una captura de la institución desde adentro. Mientras la BUAP defiende su autonomía frente a la injerencia de gobiernos externos , ha permitido que un lobby de intereses comerciales privados, surgido de sus propias filas, moldee su política interna y su proceso de sucesión. Es una amenaza a la autonomía mucho más insidiosa, pues se disfraza de comunidad universitaria. El resultado es una institución que, en parte, ya no se gobierna en función del interés público, sino de los intereses de su propia oligarquía.

V. Conclusión: La Madre Nutricia y sus Hijos Desheredados

Al final de este recorrido por los pasillos del poder y los libros de contabilidad de la educación poblana, la imagen que emerge es la de una paradoja cruel, una estampa digna de la crónica más mordaz. La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla se presenta ante la sociedad como la alma mater, la madre nutricia que acoge en su seno a la juventud para formarla en la ciencia y la conciencia. Sin embargo, su comportamiento se asemeja más al de una matriarca pragmática y calculadora que, tras declarar su casa llena, expulsa a miles de sus hijos cada año.

Pero no los abandona a su suerte. Con un gesto que combina el cálculo empresarial con la hipocresía institucional, les señala el camino hacia unas cómodas y costosas dependencias anexas. Estas propiedades, curiosamente, son administradas por sus antiguos mayordomos, sus hombres de confianza, los exdirectores y exrectores que, tras una vida de servicio en la casa principal, han montado un próspero negocio de hospedaje para los desheredados. Estos hijos, ahora inquilinos, deben pagar una renta considerable por el privilegio de vivir bajo un techo que, aunque privado, ostenta el prestigioso apellido familiar. Y la matriarca, por supuesto, cobra una comisión por cada contrato de arrendamiento, una tarifa por permitir que su nombre siga adornando la puerta.

En esta farsa, los ganadores son inequívocos. Gana la nomenklatura universitaria, esa élite endogámica que ha perfeccionado el arte de convertir el servicio público en una plataforma para el enriquecimiento privado. Ganan los exfuncionarios que transformaron sus directorios de contactos en carteras de clientes y sus conocimientos del reglamento en ventajas competitivas. Ganan los políticos que encuentran en este bloque un aliado leal y un financiador discreto. Gana, en suma, un sistema de cacicazgo que ha logrado que la universidad pública trabaje para sus intereses privados.

Los perdedores son igualmente claros. Pierden los miles de jóvenes talentosos cuyo único pecado fue no alcanzar un puntaje arbitrario, y cuyas familias deben ahora asumir una carga financiera que el Estado debería cubrir. Pierde la sociedad poblana, que ve cómo el principal instrumento de movilidad social se convierte en un mecanismo de estratificación, y cómo el ideal de la educación como un derecho se degrada al de una mercancía. Pierde, en última instancia, la propia universidad, cuya misión social y autonomía real se ven carcomidas desde adentro por la lógica del mercado y el conflicto de interés.

Si este modelo sigue intacto, el futuro es predecible y sombrío. La línea que separa la educación pública de la privada en Puebla se volverá cada vez más porosa, hasta ser irrelevante. Las decisiones cruciales de la BUAP —desde la oferta académica hasta la elección de su rector— estarán cada vez más subordinadas a los intereses comerciales de su red de franquicias. La autonomía universitaria, que tanto se defiende de las amenazas externas, habrá sucumbido a la captura interna. La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla corre el riesgo de convertirse en poco más que una prestigiosa marca que certifica el negocio de otros, una madre que ha descubierto que es mucho más rentable alquilar a sus hijos que educarlos.

Fuentes citadas

1. Rechazados BUAP: privatización y precariedad / Germán Sánchez …, https://mundonuestro.mx/content/2023-08-10/rechazados-buap-privatizacion-y-precariedad-german-sanchez-daza 2. Universidad con alma BUAP: ¿Qué significa ser incorporado? – CESES, https://ceses.edu.mx/universidad-con-alma-buap-que-significa-ser-incorporado/ 3. ceses.edu.mx, https://ceses.edu.mx/universidad-con-alma-buap-que-significa-ser-incorporado/#:~:text=Cuando%20una%20universidad%20est%C3%A1%20incorporada,y%20mantiene%20sus%20est%C3%A1ndares%20acad%C3%A9micos. 4. ¿Qué es una prepa incorporada a la BUAP y cuáles son sus beneficios?, https://preparatoriasincorporadasbuap.com/que-es-una-prepa-incorporada-a-la-buap-y-cuales-son-sus-beneficios/ 5. 16 Reglamento General de La Validacion de La Revalidacion y de La Incorporacion de Estudios A La BUAP PDF – Scribd, https://es.scribd.com/document/397774087/16-Reglamento-General-de-la-Validacion-de-la-Revalidacion-y-de-la-Incorporacion-de-Estudios-a-la-BUAP-pdf 6. Normatividad | Coordinación General de Escuelas Incorporadas, https://cgei.buap.mx/content/normatividad 7. REGLAMENTO GENERAL DE LA VALIDACION, DE LA REVALIDACION Y DE LA INCORPORACION DE ESTUDIOS A LA BENEMERITA UNIVERSIDAD AUTONOMA D, https://repositorio.buap.mx/rdocencia/public/inf_public/2019/0/Reglamento-Validacion-Revalidacion-e-Incorporacion.pdf 8. Alrededor de 110 mil estudiantes se incorporan a clases en la BUAP este otoño 2023 – Boletines BUAP | – Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, https://www.boletin.buap.mx/node/3059 9. Benemérita Universidad Autónoma De Puebla: Situación estudiantil, matrículas y graduaciones | Data México, https://www.economia.gob.mx/datamexico/es/profile/institution/benemerita-universidad-autonoma-de-puebla 10. La BUAP logra algo inédito: cero rechazados para estudios de preparatoria – El Economista, https://www.eleconomista.com.mx/opinion/La-BUAP-logra-algo-inedito-cero-rechazados-para-estudios-de-preparatoria-20200804-0083.html 11. BUAP extiende programa “Rechazo Cero” al nivel licenciatura – Boletines BUAP | – Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, https://boletin.buap.mx/node/1836 12. DIRECTORIO DE INSTITUCIONES INCORPORADAS A LA BUAP …, https://escolar.buap.mx/sites/default/files/Directorio%20Preparatoria%20Esc.%20Inc.%202024_0.pdf 13. Instituciones – Incorporadas BUAP, https://incorporadasbuap.com/instituciones/ 14. Escuelas incorporadas a la BUAP ofrecen becas y más de 8 mil lugares – Milenio, https://www.milenio.com/politica/comunidad/escuelas-incorporadas-buap-ofrecen-becas-8-mil-lugares 15. Cuotas 2020, https://admision.buap.mx/sites/default/files/2021/cuotas_2020.pdf 16. Colegio Marie Curie – Escuela de enfermería, https://mariecurie.edu.mx/informes/cmc.php?pro=2*7 17. Ici Puebla: Inicio, https://www.ccjpuebla.mx/ 18. ICI, http://www.icipuebla.mx/DocInscrip1.htm 19. :: DR MOLINA::: – Curriculum, https://germanmolinacarrillo.com/index.php/curriculum-germanmolina 20. 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Nares, impedido para integrarse a la planilla de Puebla Unida, https://statuspuebla.com.mx/2013/04/24/nares-impedido-para-integrarse-a-la-planilla-de-puebla-unida/ 31. El sucesor de Guillermo Nares – Reto Diario, https://retodiario.com/columna/el-sucesor-de-guillermo-nares/ 32. Nares, director de Derecho de la BUAP, irá como síndico de Tony Gali – Puebla Online, https://pueblaonline.com.mx/2009/portal/index.php?option=com_k2&view=item&id=39128:nares-director-de-derecho-de-la-buap-ir%C3%A1-como-s%C3%ADndico-de-tony-gali&Itemid=127 33. Preparatorias incorporadas BUAP, https://prepasincorporadasbuap.com/preparatorias-incorporadas-buap/ 34. PRI – Curriculum Vitae, https://pueblapri.com/wp-content/uploads/2019/04/A77FXVII-2019-CURRICULUM-ARMANDO-VALERDI.pdf 35. Frenar la creación de escuelas incorporadas, por negocio, http://anuario.e-consulta.com/index.php/1997/item/frenar-la-creacion-de-escuelas-incorporadas-por-negocio 36. Directorio | Dirección de Administración Escolar – Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, https://escolar.buap.mx/?q=content/directorio 37. Certificado de estudios para escuelas incorporadas – Dirección de Administración Escolar, https://escolar.buap.mx/content/certificado-de-estudios-para-escuelas-incorporadas 38. Escuelas Incorporadas | Dirección de Administración Escolar – BUAP, https://escolar.buap.mx/?q=Escuelas%20Inc 39. Directorio | Coordinación General de Escuelas Incorporadas – Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, https://cgei.buap.mx/content/directorio 40. Coordinación General de Escuelas Incorporadas – Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, https://cgei.buap.mx/ 41. Políticas y lineamientos-Conflicto de interés BUAP – Dirección de Innovación y Transferencia de Conocimiento – Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, https://ditco.buap.mx/sites/default/files/documentos/politicas_buap.pdf 42. Universidad Siglo XXI – UNISO ▷ Costos y Carreras – Mextudia, https://mextudia.com/universidades/universidad-siglo-xxi/ 43. Requisitos para Trámite de Título: Nivel Licenciatura y Técnico Superior Universitario, https://titulacion.buap.mx/?q=Requisitos%20licenciatura 44. ESTATUTO ORGÁNICO – Consejo Universitario, https://consejouniversitario.buap.mx/sites/default/files/estatuto_organico.pdf 45. Ley de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla -.: Orden Jurídico Poblano :., https://ojp.puebla.gob.mx/media/k2/attachments/Ley_de_la_Benem%C3%A9rita_Universidad_Aut%C3%B3noma_de_Puebla_T5_28112023.pdf 46. Reglamento de Elección de Autoridades – Consejo Universitario – Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, https://consejouniversitario.buap.mx/sites/default/files/Legislaci%C3%B3n%20Universitaria/17.%20ELECCIONAUTORIDADES.pdf 47. 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Semblanza del Autor

Dr. Luis Enrique Sánchez Díaz es profesor-investigador titular en la Facultad de Administración de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Con más de veinte años de experiencia académica, se ha especializado en administración pública, comunicación política y políticas digitales. Sus líneas de investigación se enfocan en la relación entre poder, educación y sociedad, con énfasis en la crítica a las estructuras autoritarias y los mecanismos de exclusión.

Ha publicado artículos en revistas arbitradas e indexadas y colabora con medios de comunicación como analista político y académico, donde combina el rigor de la investigación con un estilo crítico e irónico.

Actualmente desarrolla proyectos sobre gobernabilidad digital, libertad de expresión y los efectos de la mercantilización de la educación superior en México.

📍 Sitio web: luisenriquesan.blog
🐦 Twitter/X: @luisenriquesan
💬 Grupo en Telegram: t.me/profesorluisenrique

Autor

Luis Enrique Sánchez Díaz

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