19 noviembre, 2019
redaccionph
Con una cifra que ronda entre las 500 y 600 personas fallecidas, y más de 2 mil heridos, se conmemoran los 35 años de la explosión de la terminal de almacenamiento de Petróleos Mexicanos (Pemex) en San Juan Ixhuatepec, Estado de México.
Alrededor de las 5:30 de la mañana se rompió una tubería, lo que originó una fuga de gas. Diez minutos después iniciaría un incendio, pues el gas fue alcanzado por una chispa.
Cerca de las 5:45 am se tuvo registro de la primera explosión de contenedores popularmente conocidos como “salchichas”, la segunda explosión fue dos minutos después, y ambas se caracterizaron por su violenta expansión.
De manera inmediata se incendiaron las casas de los alrededores, dejando cerca de seis manzanas a la redonda, completamente destruidas.
En este caso como en otras tragedias, el primer detonante fue la corrupción, ya que fue hacia finales de la década de 1950 cuando se estableció en San Juanico una planta procesadora de gas licuado de PEMEX, que procesaba el petróleo de las refinerías de diferentes partes de México. El uso del gas era doméstico e industrial.
Aunque la normativa había determinado que no debería instalarse ningún asentamiento a 300 metros a la redonda, la prohibición fue ignorada no sólo por los habitantes que se vieron en la necesidad de vivir en sus alrededores, sino de las autoridades que no hicieron nada para retirarlos de la zona.
Por ello la proximidad con el lugar fue una de las principales causas del alto número de muertos, ya que las colonias de San José Ixhuatepec, San Isidro Ixhuatepec y Lázaro Cárdenas estaban conformadas por personas de bajos recursos. Sus casas estaban construidas de materiales como cartón y madera.
Las primeras rondas de auxilio, patrullas, bomberos y ambulancias comienzaron a llegar a la zona, apenas pasadas las 6 de la mañana, sin que mucho pudieran hacer por las personas que huían, varias de ellas en llamas.
La ayuda llegaba, sin embargo, el peligro seguía latente, debido al calor, las salchichas continuaban explotando y salían disparadas.
Y es que, 12 empresas gaseras operaban en esa zona del valle de México, por lo que con el paso de las horas y pese a los esfuerzos de los servicios de emergencia, las explosiones continuaron.
Fue hasta cerca de las 23:00 horas que el fuego fue controlado, pero no sofocado.
Al día siguiente la catástrofe no sólo se confirmó como el peor accidente de gas LP jamás registrado en la historia, sino también uno de los peores desastres industriales del mundo.
Después de esa tragedia, todas las gaseras fueron expulsadas de San Juan Ixhuatepec, por decreto del entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado.
Sin embargo, años después regresarían las gaseras a San Juanico.