Efraín Romero de la Rosa, un poblano que desde el año 2000 cruzó la frontera pero ahora buscaba regresar a Puebla para ver a sus padres, se suicidó en su celda tras haber pasado 21 días preso en solitario.

Su historia ha sido contada por José Olivares, periodista en The Intercept, en un reportaje donde aborda cual es el trato inhumano que se les está dando a los migrantes y las personas con enfermedades mentales.

De acuerdo con Olivares, Efraín se ahorcó al interior de su celda del Stewart Detention Center el pasado 18 de julio, al cumplirse el día 21 de 30 de confinamiento en solitario continuo.

Efraín tenía 40 años y había sido diagnosticado con esquizofrenia y bipolaridad, sin embargo el centro de detención operado la compañía privada CoreCivic, optó por ignorar su salud mental.

“Desde que lo ingresaron y cómo lo trataban, el personal demostró negligencia para tratar con un hombre con esquizofrenia”, menciona el artículo.

Y es que sus episodios de esquizofrenia le hacían fundir las voces en su cabeza y sus creencias religiosas, lo que le produjo un estado de depresión del cual ya no pudo salir.

De acuerdo con su hermano, Efraín “era muy tranquilo”, sin embargo decidió regresar a Puebla para ver a sus padres, por lo que se entregó a las autoridades migratorias para ser deportado.

Efraín pasó varios meses detenido lo que hizo que su salud mental se deteriorada y terminara quebrándolo, pues el personal de los centros ha encontrado en el sistema de confinamiento solitario un medio para castigar a los detenidos.

En un momento, dijo que “había muerto tres veces” al ser detenido. Después pasaría las horas levantándose y sentándose, escribiendo en las paredes y hablando en mensajes crípticos.

El caso de Romero ya es investigado de manera interna, sin embargo ya ha convertido en un trágico ejemplo de un sistema de detención de inmigrantes que ha fracasado.

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