23 octubre, 2022
Redacción PH
Lo que inició como un juego con su hermano mayor, para despistar a sus padres de que le interesaba el deporte, terminó convirtiéndose en su pasión y hoy le brinda satisfacciones y le permite conocer a personas, tradiciones y culturas del país y el extranjero. Para Andrea Margot Avelino Barrientos, Premio Estatal del Deporte 2022, el deporte la acompaña desde la infancia y tiene claro que es su camino.
En 10 años de trayectoria deportiva, la estudiante del tercer semestre de la Licenciatura en Cultura Física de la BUAP ha obtenido cerca de 40 medallas en lucha olímpica, de las cuales la mitad son de oro, sólo dos de bronce y el resto de plata.
En el último año, sus más recientes logros son medallas de oro en el Primer Clasificatorio Nacional Grand Prix “Todos Estrellas 2021”, realizado en diciembre de 2021 en Oaxtepec, Morelos; en el Segundo Selectivo Nacional Clasificatorio 2022, efectuado en Guadalajara, Jalisco, del 27 al 30 de enero pasado, y en los Juegos Nacionales CONADE 2022, en Mexicali, Baja California. De esta última justa consiguió su pase al Campeonato Panamericano Juvenil de Luchas Asociadas, en Oaxtepec, Morelos, donde ganó medalla de plata.
Su incursión en el deporte fue a los 9 años con karate, gimnasia y, finalmente, en lucha asociada, disciplina que practica hasta el día de hoy, junto con sus dos hermanos, quienes también han participado en competencias. “Al principio el entrenador nos ponía sólo juegos, yo no quería un deporte de verdad. Decía: ‘voy a engañar a mis papás con una de jueguitos’. Después nos inculcaron la técnica. Me gustó mucho y me quedé”.
La recientemente galardonada con el Premio Estatal del Deporte 2022, en la modalidad de deportista, otorgado por la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), a través del Instituto Poblano del Deporte, inició en la categoría de 30 kilos y actualmente compite en la categoría Juvenil, división 55 kilogramos.
La obtención de este reconocimiento, asegura, fue una sorpresa, porque en años anteriores se había postulado y no fue seleccionada. “Había entregado papeles en años pasados para ser premio estatal, pero siempre me los regresaban, no era candidata. Que me los aceptaran en esta ocasión me hizo sentir muy feliz”, sonríe y sus grandes ojos destellan alegría.
Pese a las exigencias de la actividad física, no descuida sus estudios. Pronto pretende terminar su carrera, ejercer y, más adelante, tener su propio gimnasio. “La lucha olímpica es bastante estricta; si no tienes la pasión, es difícil. A veces tienes que centrarte demasiado y tienes que dar un peso, la exigencia en las competencias es demasiada. Es difícil, pero a mí me da una satisfacción enorme practicarla”.
Margot es una enamorada del deporte; toda disciplina deportiva tiene su grado de complejidad, considera. Conforme avanza en su carrera, descubre nuevas disciplinas y no sabe cuál será su predilecta.
“En un inicio pensaba ser entrenadora de lucha y ahora no sé lo que quiero”, ríe con nerviosismo, pero prosigue y dice contundente: “De algo estoy convencida, el deporte me encanta y desde que entré a lucha olímpica tuve en claro que este era mi camino”.
Tan es así que su sueño es competir en los Juegos Olímpicos. Para alcanzar esta meta entrena todos los días, “sé que me falta mucho, porque los próximos son en París en 2024, pero estoy segura de que algún día voy a llegar a esta justa deportiva”.