En Veracruz el movimiento Un Día Sin Nosotras se sintió, ya que la falta de presencia de miles de mujeres se hizo notoria en las escuelas, ayuntamiento y en la ciudad en general.
Maestras y alumnas no asistieron a clase y, a falta de regidoras, las oficinas del ayuntamiento cerraron.
En cuanto al sector comercial, varios locales enfocados en la venta de lencería, ropa para dama y artículos de belleza, en la zona centro, no abrieron durante todo el día por el paro, ya que su plantilla laboral está integrada totalmente por mujeres.
La zona universitaria se mostró casi vacía, ya que al recorrer diversas facultades se notó que los únicos asistentes eran varones; asimismo, la Benemérita Escuela Normal Veracruzana se sumó al movimiento.
Las pocas mujeres que decidieron trabajar fueron algunas comerciantes de zapaterías y fondas, ya que, aseguraron, dependen de la venta del día para llevar sustento a sus hogares; asimismo, policías desarrollaron su trabajo de manera normal, cuidando la tranquilidad de los pocos peatones.