Una reciente reforma al Código Civil, aprobada por el Congreso local, permite que en casos de divorcio se acuerde la custodia de los animales domésticos que hayan sido parte del núcleo familiar.

La medida responde a una realidad social en la que muchas parejas optan por no tener hijos y en su lugar adoptan mascotas, lo que ha generado la necesidad de establecer mecanismos legales que garanticen su bienestar tras una separación.

Durante el proceso de divorcio, se evaluará quién de los cónyuges tiene mejores condiciones para ofrecer un entorno seguro y adecuado a los animales, considerando factores como el tiempo disponible, los recursos económicos y la capacidad de cuidado.

Además, el juez podrá determinar una custodia compartida si considera que es lo más beneficioso para el animal, asegurando su alimentación, atención veterinaria y estabilidad emocional.

La reforma se fundamenta en el reconocimiento de los animales como seres sintientes, capaces de experimentar emociones como alegría, tristeza o miedo. También toma en cuenta la existencia de familias multiespecie, donde los animales cumplen funciones afectivas y de apoyo hacia los humanos, lo que refuerza la necesidad de protegerlos legalmente en situaciones de conflicto familiar.

Este cambio legislativo se suma a una reforma previa que reconoce a los animales como sujetos de consideración moral y trato digno. Dicha iniciativa se apoya en estudios científicos y en datos preocupantes como los de la Procuraduría Ambiental, que indican que aproximadamente la mitad de las 8 mil denuncias ciudadanas anuales están relacionadas con el maltrato animal.