Gabriela Xelano

Desde 2007 y hasta 2017, Puebla registró 2 mil 380 quejas ante la CNDH y la CEDH, de las que sólo 33 casos han culminado en investigaciones penales ante la FGR y la FGE, por tortura y malos tratos, es decir sólo el 1.3 por ciento.

Así lo advierte el informe de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (Cmdpdh) que da cuenta de una cifra acumula de 38 mil 866 quejas a nivel nacional, siendo Chiapas el estado que más abusos ha reportado con 3 mil 804, seguido de Ciudad de México, con 3 mil 62; Puebla, con 2 mil 380; Quintana Roo, con 2 mil 360 y Durango, con 2 mil 23.

De acuerdo con lo registrado es a partir de 2011 y hasta 2017 cuando las quejas se dispararon, periodo de tiempo que coincide con el gobierno de Rafael Moreno Valle.

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Es así como la gestión de Moreno Valle comenzó con 113 quejas en 2011, cifra que creció en 360 por ciento en 2012, cuando se presentaron 407 quejas de las cuales sólo una concluyó en investigación.

Para 2013 la cifra aumentaría a 422 quejas y 3 investigaciones, en 2014 habría otro ligero aumento al pasar a 456 quejas y 2 investigaciones.

En 2015 y ya en la fase final de su mandato la cifra comenzaría a descender, al pasar a 435, mientras que para 2016 la cifra cerraría en 309.

Para 2017, año en que comenzó el gobierno de Antonio Gali Fayad la cifra llegaría a 238 quejas y seis investigaciones.

Según la Cmdpdh, en México se ha comprobado que la tortura es una práctica recurrente y generalizada, utilizada como método de investigación y obtención de confesiones, así como para la fabricación de culpables.

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Entre los tipos de tortura física más comunes, destacan la asfixia, descargas eléctricas, golpes, disparos con armas de fuego y el “submarino” que consiste en ahogar con agua a una persona.

Aunado a ello se reportan casos de tortura psicológica como amenazas e insultos, además de tortura sexual, como descargas eléctricas en genitales, desnudez, tocamientos y violación sexual.