¡Ostia! Joder, que me han despertado de mi letargo por los pleitos y arrempujones que se han desatado en mi Casona y ahora, para quienes han creído que estiré la pata, de cierto os digo que he dejado de planchar oreja y me hago presente para poneros quietos hijos del averno.

En los últimos diez años se han confundido y revirtieron el objetivo de mi inversión original. Fortalecer el libre pensamiento, elevar la conciencia humanista, estudiar la mente y el intelecto desde la filosofía, el lenguaje y el espíritu, abonar a un espíritu en beneficio de los desposeídos, les valió madres y revirtieron la esencia de mi Casona.

Se llenaron de plata y oropel los bolsillos, elevaron cuotas, vendieron cuencas de vidrio, se olvidaron de obras de caridad. El espíritu y el pensamiento les valió madres.

Pretendieron desbancar a la primera fémina que estaba componiendo el desaguisado del anterior comerciante, perdón, ahora se llama rector, que se había hinchado del placer de la riqueza, y que había cancelado los turbios negocios que aún, sin estar en el trono, explotaba y repartía.

Y cuando Lilia le cerró la llave, ardió en blasfemias y acciones e intento desaforarla y moverle el tapete. Pobre insecto iluso. Esas algunas manos fueron notorias. A la dama no se le va una.

Después de casi 500 años de influencia en el conocimiento, en mi Casona de vez en cuando se les van las cabras al monte y equivocan rumbos.

Os debéis componer o bailarán las calmadas en el infierno.

La primera mujer en conducir los destinos de mi herencia intelectual deberá seguir y salir de la crisis, ella tiene con qué a pesar de sus malévolos asesores.

Después Dios dirá, ya se quien se anda moviendo, los veo y los oigo, pero Joder, no adelanten vísperas. Así que los que andan movidos más vale que se calmen y esperen los tiempos adecuados.

Os lo cuento, por si no lo sabían, se los digo. Los que pretenden suceder a la Cedillo son:

José Manuel Alonso Orozco, actual secretario general y doctor en Administración, José Jaime Vázquez López, vicerrector de docencia y doctor en Educación, César Cansino Ortiz, doctor en Ciencia Política y actualmente secretario técnico del Centro Estatal de Desarrollo Humanista de la secretaria de Gobernación del gobierno de Alejandro Armenta Mier y Guadalupe Grajales Porras, doctora en filosofía, además de la posible repetición de la doctora Lilia Cedillo Ramírez.

Todos ellos, ellas y elles, han dicho o dejado huella de sus aspiraciones. Y yo de cierto os digo que los tiempos llegan, sin adelantos.

Olvídense de tener mucho morro y olvídense de tener la mosca detrás de la oreja.