Viernes, septiembre 26, 2025

26 septiembre, 2025

Pedro Lara Hernández

La mentira como estrategia política de la derecha

Pedro Lara Hernández


“Cuando se pierde el debate,
la calumnia se convierte en la herramienta del perdedor.”

Sócrates, filósofo griego.


Una de las principales lecciones políticas que el pueblo de México ha aprendido en las últimas décadas es el uso sistemático de la mentira como herramienta política de la derecha. Esta práctica es recurrente en aquellos actores políticos que carecen de argumentos válidos, se hizo evidente de manera dramática en la elección presidencial de 2006, con la campaña de miedo sintetizada en la frase: “AMLO es un peligro para México”. Desde entonces, la desinformación y la manipulación mediática han sido recursos usados permanentemente.


En 2018, con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República, la derecha sufrió su mayor derrota política. Con ella, también perdieron influencia los medios de comunicación tradicionales que durante décadas habían gozado de privilegios y recursos públicos abundantes. La ruptura entre el nuevo gobierno y los grandes consorcios mediáticos marcó un punto de inflexión: la batalla por la opinión pública se trasladó a un escenario en el que la austeridad y la transparencia limitaron la vieja fórmula de control basada en el dispendio publicitario.


El gasto en comunicación social pasó del derroche a la austeridad. Durante 36 años de gobiernos neoliberales, los recursos destinados a comunicación social fueron utilizados para mantener una narrativa oficial complaciente, ocultar la corrupción y consolidar un cerco informativo en favor del poder. Solo el sexenio de Enrique Peña Nieto entregó a los medios cerca de 60 mil millones de pesos.


Los registros históricos de estos gastos son fragmentarios debido a la opacidad que existió, sobre todo en los sexenios de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo quienes operaron sin leyes de acceso a la información, lo que impidió conocer con claridad los montos ejercidos.


Tenemos que el gobierno de Vicente Fox destinó 16,326 millones de pesos. Felipe Calderón elevó el gasto a 38,725 millones de pesos y Enrique Peña Nieto alcanzó el máximo con alrededor de 60 mil millones de pesos.
Con el presidente Andrés Manuel López Obrador, la cifra cayó drásticamente a 15 mil millones de pesos en todo el sexenio.


Por ello no es casual que, al retirárseles la “canasta” de recursos, los grandes medios de comunicación hayan adoptado una postura abiertamente beligerante contra el nuevo gobierno.


La derecha encontró en los medios tradicionales —Televisa, TV Azteca, Reforma, El Universal, Milenio— y más recientemente en plataformas digitales como Latinus, a sus principales aliados para difundir narrativas contrarias a los gobiernos emanados del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA). Estas empresas, resentidas por la pérdida de privilegios, convirtieron la crítica legítima en campañas de desinformación masiva, magnificando cualquier error, distorsionando datos y generando percepciones negativas de manera sistemática.


El Digital News Report 2025 del Reuters Institute revela que solo el 36% de los mexicanos confía en los medios de comunicación tradicionales. Además, el 43% afirma encontrarse con noticias falsas todos los días, principalmente a través de redes sociales, aunque la amplificación suele provenir de los medios tradicionales. Esto confirma que la estrategia de la mentira ha erosionado la credibilidad mediática, debilitando también a quienes la promueven.
La mentira como recurso recurrente es una estrategia de desinformación que no es nueva, pero se intensifica en coyunturas críticas. En 2006 se utilizó para frenar el avance de López Obrador. En 2012 y 2018 volvió a desplegarse con fuerza en las campañas presidenciales. Desde 2018 hasta la fecha, ha sido un recurso cotidiano para desgastar a los gobiernos de la Cuarta Transformación, al carecer la derecha de proyectos sociales o económicos que conecten con las mayorías.


La mentira, la manipulación y la calumnia son, en realidad, síntomas de desesperación y debilidad política. Constituyen la expresión de una derecha que, ante la pérdida de poder político, privilegios y la incapacidad de articular una alternativa viable, ha optado por degradar el debate público en lugar de enriquecerlo.


La mentira como estrategia política de la derecha en México es el reflejo de una profunda crisis de representación y liderazgo. Lejos de ser un instrumento ocasional, se ha convertido en un mecanismo estructural que busca suplir la falta de argumentos y la desconexión con las mayorías. La revolución de las conciencias del pueblo de México, ha demostrado en los últimos años una creciente capacidad crítica frente a este fenómeno, aprendiendo a identificar la manipulación mediática y a resistirla con organización, información y memoria histórica.

Autor

Pedro Lara Hernández

Estudió Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM. Diplomado en Política Gubernamental. Diplomado en Administración y Decisiones Financieras. Maestría en Ingeniería Económica Financiera. Ha colaborado en diferentes áreas en la administración pública federal y en los estados de Tabasco y Veracruz. Periodista y analista de la realidad política y económica de México.

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