Las hormigas son uno de los grupos con mayor diversidad, que a través de sus miles de especies registra no sólo la historia de su evolución, sino la biogeografía histórica y diversificación desde el momento en que aparecieron en la tierra.

Su lucha por adaptarse a los cambios, inició en las islas tropicales donde se encuentra una biodiversidad extraordinaria, así como una gran cantidad de especies endémicas.

Recientemente, un equipo internacional de científicos realizó estudios sobre hormigas para conocer la biogeografía histórica y diversificación en el Indo-Pacífico (aguas tropicales del océano índico y pacífico), investigación que encabeza Pável Matos-Maraví (Academia Checa de Ciencias y Universidad de Gotemburgo, Suecia) y Milan Janda (Investigador Conacyt en el Laboratorio Nacional de Análisis y Síntesis Ecológica que tiene su sede en la ENES, Unidad Morelia).

Los investigadores en conjunto con un grupo de investigación que estudiaron alrededor de 100 especies de hormigas distribuidas en el sureste de Asia, Australia, Nueva Guinea, Micronesia y Polinesia, empleando herramientas genéticas e inferencias de tipo estadístico, los investigadores descifraron cómo las hormigas se extendieron a través de toda la región del Indo-Pacífico.

El estudio es considerado uno de los más exhaustivos en cuanto a investigación filogenética y biogeografía histórica.

Las hormigas tienen un instinto colonizador, de acuerdo con la investigación, poblaciones ancestrales de hormigas del género Prenolepis, se dispersaron por la región del Indo-Pacífico desde el sureste asiático continental, colonizando la isla de Nueva Guinea hace 25 millones de años e invadiendo Vanuatu y los archipiélagos de Fiji entre 10 y 15 millones de años atrás.

Sin embargo los pequeños conquistadores tuvieron que esperar poco más de 5 millones de para colonizar Micronesia y Polinesia debido a las inundaciones y reemergencia de tierras en estas regiones.

De acuerdo con los especialistas, su dispersión y especiación en el Indo-Pacífico estuvo determinada por eventos geológicos, como el surgimiento de puentes terrestres, montañas y nuevas islas.

La pequeña población compuesta de alrededor de siete mil especies, de las que 70 por ciento son endémicas, tiene una compleja estructura social y comportamiento, que le ha permitido desarrollar muchas interacciones inusuales con plantas y animales.

Ganar-ganar

Algunas de esas relaciones son “mutualistas”, es decir al tiempo que protegen a otras plantas de herbívoros y los ayudan a dispersarse, obteniendo el beneficio de un espacio de anidación y recompensas nutricionales.

Un ejemplo de mutualismo son los jardines de hormigas. “Las plantas forman estructuras iónicas donde anidan las hormigas”. Este es un fenómeno que se ha encontrado en América del Sur, Mesoamérica y Asia, donde diferentes tipos de plantas epífitas no relacionadas crecen juntas.

Las hormigas preparan una mezcla de suelo, sustrato y semillas, se forman bolas de tierra donde habitan y se combinan las plantas que crecen de esas semillas haciendo que tengan una ventaja evolutiva.

Su preferencia de hábitat y otros rasgos ecológicos, ha influido en la dispersión de hormigas a nuevas islas.

Por ejemplo, las hormigas adaptadas a ambientes perturbados y abiertos, como las sabanas, eran más propensas a propagarse a nuevas islas.

El estudio es uno de los más exhaustivos en cuanto a investigación filogenética y biogeografía histórica de hormigas del Indo-Pacífico y se basa en grandes colecciones de especímenes realizadas por equipos internacionales y museos de historia natural.

El equipo de la Academia Checa de Ciencias y LANASE, UNAM México, han tenido un papel destacado en esta investigación gracias a sus actividades a largo plazo en el Indo-Pacífico.

Con información de Conacyt