Redacción PH

La policía detuvo a más de 2 mil 500 personas y usó la fuerza para disolver concentraciones en toda Rusia el sábado, mientras decenas de miles de manifestantes exigían la liberación del crítico del Kremlin Alexei Navalny, cuya esposa se encontraba entre los detenidos.

Navalny llamó a sus simpatizantes a protestar tras ser detenido el pasado fin de semana cuando regresó a Rusia desde Alemania por primera vez desde que fue envenenado con un agente nervioso que él dice le pusieron en su ropa interior agentes de la seguridad del Estado en agosto.

Las autoridades habían advertido a las personas que se mantuvieran alejadas de las protestas del sábado, diciendo que se arriesgaban a contraer COVID-19, así como a ser detenidos y posiblemente encarcelados por asistir a un evento no autorizado.

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Sin embargo, los manifestantes desafiaron la prohibición y el intenso frío de hasta -50 grados Celsius y acudieron en masa a las protestas.

En el centro de Moscú, donde los reporteros de Reuters calcularon que se habían reunido al menos 40,000 personas en una de las mayores concentraciones no autorizadas de los últimos años, se vio a la policía deteniendo bruscamente a la gente y metiéndola en furgonetas cercanas.

Las autoridades dijeron que sólo se habían presentado unas 4,000 personas. El Ministerio de Asuntos Exteriores cuestionó la estimación de la multitud de Reuters, utilizando el sarcasmo para sugerir que era demasiado alta.

La esposa de Navalny, Yulia, dijo en las redes sociales que había sido detenida en la manifestación. Fue posteriormente puesta en libertad.

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Algunos de los aliados políticos de Navalny fueron detenidos en los días previos a la protesta; otros, el mismo día.

El grupo de observación de protestas OVD-Info dijo que al menos 2 mil 501 personas, entre ellas 945 en Moscú, habían sido detenidas en toda Rusia.

Navalny, un abogado de 44 años, se encuentra en una prisión de Moscú a la espera del resultado de cuatro asuntos legales que él califica de inventados. Acusa al presidente Vladimir Putin de ordenar su intento de asesinato. Putin lo ha rechazado, alegando que Navalny forma parte de una campaña de juego sucio respaldada por Estados Unidos para desacreditarlo.

Con información de Reuters