Redacción PH

El guacamole, uno de los acompañamientos más emblemáticos de la gastronomía mexicana alcanzó el tercer lugar de la lista de los mejores untables del mundo, superando al bal kaymk de Turquía y el lyutenitsa de Bulgaria, que ocuparon los lugares cuarto y quinto, respectivamente.

Así se determinó Taste Atlas, una guía culinaria dedicada a reseñar y calificar diversos platillos.

En una competencia que reunió a 119 untables de todo el mundo, cada uno representando la riqueza y diversidad de las tradiciones gastronómicas globales, el guacamole, conocido por su frescura y cremosidad, logró destacar, capturando la atención de los amantes de la buena mesa.

El equipo detrás de Taste Atlas elogió la capacidad del guacamole para fusionar ingredientes frescos y crear una experiencia culinaria que trasciende las fronteras culturales. Este reconocimiento subraya la importancia de la diversidad en la mesa y cómo la combinación de sabores puede dar lugar a experiencias gastronómicas excepcionales.

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Aunque el guacamole se posicionó en el tercer lugar, no logró superar al ajvar de Macedonia del Norte y al toum de Líbano, quienes se llevaron el primer y segundo lugar, respectivamente.

Taste Atlas describió al guacamole como un manjar mantecoso de fama mundial que se remonta al imperio azteca del siglo XVI. Describe esta delicia como una mezcla saludable de aguacates maduros machacados, cebollas, chiles, tomatillos opcionales y condimentos selectos como sal marina y cilantro.

La estrella de este plato, según explican, es el aguacate, rico en grasas insaturadas, potasio, vitaminas, minerales y proteínas; su nombre proviene del azteca “ahuacatl”, que significa testículo o árbol de los testículos, ya que los aztecas creían que era afrodisíaco.

La preparación típica del guacamole implica el uso de un molcajete, donde se muelen cebollas, chiles y sal hasta obtener una pasta a la que se le añaden los aguacates machacados.

Este delicioso platillo se suele disfrutar con crujientes de maíz, nachos o tortillas, ya que el guacamole suele tomarse como salsa. Independientemente de su posición en la mesa, lo esencial es servirlo fresco antes de que se oxide y cambie su vibrante color verde por un tono más oscuro.