Guardar emails viejos, newsletters, spam y en general todos los espacios de almacenamiento virtual, también consumen recursos y tienen un impacto negativo en el planeta por las cantidades de dióxido de carbono que producen.

En un comunicado Cleanfox, un servicio web gratuito que optimiza y limpia tu bandeja de entrada, advirtió que cada correo electrónico almacenado en nuestras bandejas genera al año un total de diez gramos de dióxido de carbono.

Aunque esta cantidad podría no sonar tan alarmante como debería, es necesario saber también que cada día se envían en promedio 293 mil millones de correos electrónicos, de los cuales al menos el 90 por ciento son correos no solicitados de spam.

De hecho, una empresa compuesta por al menos 100 personas puede generar cada año 13.6 toneladas de CO2, lo que representaría la misma contaminación provocada por 14 vuelos de ida y vuelta entre París y Nueva York.

Además, al menos un 60 por ciento de los boletines de noticias nunca son abiertos por los destinatarios, por lo que los usuarios deberían suspender la suscripción a los servicios de este tipo que no son utilizados.

Esta ignorada forma de contaminar se le conoce como “polución digital” y se produce debido a que todos los correos que enviamos y recibimos se encuentran almacenados en enormes centros de datos, los cuales no solo permanecen encendidos todo el tiempo, sino que también requieren de un sistema de enfriamiento.

Este proceso de enfriamiento ocupa al menos un 40 por ciento de la energía que consumen los servidores; a eso aún debemos sumar el hecho de que los correos guardados son duplicados para garantizar que, ante un accidente o desperfecto en los centros de datos, esa información tiene un respaldo para ser recuperado.