Empieza a crecer el rumor de una ruptura en la relación entre la hasta ahora gobernadora electa y el ex gobernador de Puebla. No se hablan, solo se exigen, están cansados uno de la otra y otra del uno, no se quieren ver; fingen, están cansados, las exigencias del proceso que están viviendo los tiene hartos; más a la primera que al segundo.

Los rumorólogos no entienden que la relación entre los dos no es un asunto de amor o de relación matrimonial. Que se trata de una sociedad entre dos y que es una enconada lucha por el poder que satisface y supera cualquier rencilla personal en caso de que la haya.