¡Qué caprichos de vida, qué cosa más hermosa y pobre Martha Erika!

Suena a necedad, pero su historia política siempre habrá que enlazarla con la de su señor esposo, ahora senador y exgobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle.

Y es que, en rueda de prensa anunció que acudirán hasta la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) para que les otorgue una medida cautelar que “garantice el debido proceso legal, el acceso efectivo a la justicia y la independencia de los tribunales para la resolución definitivo del caso. Con estricto apego a derecho”.

Las cosas no deben ir muy bien para el Frente pues ahora tienen que recurrir a la misma institución que en un sinfín de veces, en tiempos de Don Rafa desdeñaron y minimizaron.

Y es que durante su sexenio se curtió una generosa lista de colectivos  y activistas tenían que recurrir a ella para que mediara ante todos aquellos atropellos que sufrieron cuando el morenovallismo era juez y parte en Puebla.

Sí, Alonso recurre a la misma institución que en el pasado recurrió Elia Tamayo, los opositores del Gasoducto Morelos y representantes de Pueblos Indígenas opositores al fracking, quienes buscaban un poco de justicia [mínimo una disculpa] que el morenovallismo les negó.

Lamentable el destino de Martha Erika, pues el simple hecho de ser “La Señora de Moreno Valle” la mantendrá eternamente unida a la marca imborrable que dejó el exgobernador en Puebla.

Dice el dicho y dice bien “los carniceros de hoy son las reses de mañana”.

Y hoy, ya es mañana.