Una de cada cuatro muertes prematuras en el mundo está relacionada con la contaminación y otros daños al medioambiente causados por el ser humano.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en un informe sobre el estado del planeta, es la contaminación atmosférica, los productos químicos que dañan el agua potable y la destrucción acelerada de los ecosistemas vitales para miles de millones de personas los que causan una suerte de “epidemia mundial”.

Son las condiciones medioambientales “mediocres” las responsables “de alrededor de 25 por ciento de las muertes y de las enfermedades mundiales”, asegura el documento.

A través del análisis de centenares de fuentes se recopiló una serie de emergencias sanitarias relacionadas con contaminación de todo tipo, que han dejado en 2015 más de 9 millones de decesos.

También se registró el fallecimiento de 1.4 millones de personas por enfermedades evitables como diarreas y parásitos, consecuencia de la falta de acceso al agua potable.

Sin embargo lo que representa un mayor peligro potencial son los productos químicos que se lanzan al mar y podrán perjudicar la salud de “potencialmente varias generaciones” y 3 mil 200 millones de personas viven que viven en tierras degradadas por la agricultura intensiva o la deforestación.

En tanto la contaminación atmosférica seria la causante de entre 6 y 7 millones de muertes prematuras al año.

Por si eso no fuera suficiente el “Global Environment Outlook” (GEO), también destaca la creciente brecha entre las naciones ricas y las pobres: el sobreconsumo, la contaminación y el derroche alimentario en las primeras y la hambruna, la pobreza y las enfermedades en las segundas.

Ellas se dan en el marco del aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, y con ellas el calentamiento del planeta, los desajustes climáticos como las sequías y las fuertes tormentas aumentan la vulnerabilidad de miles de millones de personas.

En el estudio en el que participaron 250 científicos de 70 países durante seis años, también se advierte que pese a que desde 2015 con el Acuerdo de París que busca limitar el calentamiento global a +2 ºC, y de ser posible a +1,5 ºC, respecto a la era preindustrial, no ha habido ningún cambio y por el contrario cada vez se registra una mayor sobreexplotacíon de los recursos naturales.

Por lo anterior el organismo reclama “acciones urgentes y de una envergadura sin precedentes para frenar e invertir la situación”, una reorganización de la economía mundial hacia una producción más sostenible.