En 2017 la dinámica en robo de autos cambió, y a la lista liderada por los Tsuru, Estaquitas, Optra y Jetta se le suman el Versa, Vento, Aveo, las motos y los vehículos de carga, advirtió la Asociación Mexicana de Instituciones y Seguros (AMIS).

En el caso de los autos Tsuru, la estaquita, Optra y el Jetta Clásico su alta incidencia se debe a que los amantes de lo ajeno cuentan con una llave maestra que les permite abrirlos más fácil, advirtió con anterioridad, Manuel Alonso García, secretario de Seguridad Pública y Tránsito Municipal (Sspytm).

Sin embargo, mientras la mayoría de esos robos ocurren mientras el automóvil está estacionado, de los 3 mil 677 casos registrados durante 2017, el 69% de los casos reportados fueron con violencia.

El alarmante aumento, se debió a que las armadoras a través de nuevas tecnologías, lograron combatir el robo de autos estacionados.

Por lo que para poder obtener modelos como el Versa y Vento, es necesario robarlo cuando el dueño lo tiene en marcha.

A la par, el estado empieza a convertirse en puntero en otra tendencia, el robo de transporte de carga y mercancía, y que, de acuerdo con la AMIS, de cada 10 vehículos robados en la entidad, seis son de transporte pesado.

 

Precio y destino

En otro tenero, la detención de Diana Labastida, líder de varias bandas dedicadas al robo de automóviles en el Estado de México, puso al descubierto el funcionamiento de una industria que anualmente obtiene de manera ilícita más de 15 mil millones de pesos.

Labastida, informó que los autos robados eran vendidos a intermediarios que pagaban entre 8 mil y los 15 mil pesos.

La detenida detalló que ponía a disposición de sus “trabajadores” -jóvenes de entre 14 y 30 años- armas de fuego y otros instrumentos para lograr su cometido.

Los jóvenes optaban por las horas de mayor tránsito en las principales vialidades, a quienes les cerraban el paso, los amagaban y despojaban del vehículo.

Mas tarde, uno de los integrantes se llevaba a una zona alejada el auto para dejarlo “enfriar”, posteriormente, un intermediario recogía el automóvil y les pagaba por él.

Los autos en su mayoría eran llevados a Centroamérica y Sudamérica.