Redacción PH

A unas cuantas horas de que la Fiscalía General de la República (FGR), anunciara que exoneró al general Salvador Cienfuegos Zepeda, extitular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), por falta de pruebas, Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, respaldó la decisión.

“Es una decisión que toma la Fiscalía, pero que el Gobierno que represento secunda, es decir, avala, respalda, porque nosotros sostenemos que debe de terminarse la impunidad, desde luego la corrupción, pero también que no pueden haber represalias, venganzas, y que no se pueden inventar delitos“, defendió en su conferencia matutina de este viernes, cuestionado sobre la resolución de la FGR.

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También mencionó que el posicionamiento responde a la necesidad de que haya toda la información disponible al respecto y se comprenda por qué la Fiscalía está actuando del modo que lo hace.

Que se tenga toda la información, no ocultar nada. Y también para que con la información podamos salir al paso a los adversarios nuestros y a los representantes que están empeñados en atacarnos para que se piense que somos iguales y que no hay ningún cambio, que somos encubridores, cómplices. Y que somos también peleles, de grupos de intereses creados y de gobiernos extranjeros.

En el mismo espacio dijo que instruirá a Marcelo Ebrard, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), para que “lo más posible ponga a disposición el expediente enviado por el gobierno de Estados Unidos para que pueda consultarse por quien lo desee.

Cienfuegos fue detenido el 15 de octubre de 2020 en Los Ángeles, California. La administración de Donald Trump insistió en que era un delincuente peligroso, al servicio del crimen organizado y con una red de protección al más alto nivel.

Más tarde, el 18 de noviembre el propio Gobierno de Estados Unidos decidió retirar los cargos contra Cienfuegos, y días después el general regresó a México.

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Finalmente, en un comunicado publicado el jueves, la Fiscalía explicó que la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos de América (DEA) inició desde 2013, sin el conocimiento y sin la colaboración de la administración mexicana, una investigación de delitos contra la salud, donde se involucró al general Cienfuegos. La investigación continuó durante esta administración sin tampoco haber informado a las autoridades mexicanas sobre el caso.

Tras la detención del general la Fiscalía solicitó y recibió las pruebas que enviaron las autoridades estadounidenses del caso, momento desde el cual la Fiscalía llevó a cabo las acciones necesarias para obtener las evidencias del caso. Es por esto que se llegó a la conclusión de que el general Cienfuegos “nunca tuvo encuentro alguno con los integrantes de la organización delictiva investigada por las autoridades norteamericanas; y tampoco sostuvo comunicación alguna con ellos, ni realizó actos tendientes a proteger o ayudar a dichos individuos”.

Con información de El Financiero