La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) analizó distintas marcas de cátsup y salsa de tomate disponibles en el mercado, encontrando que varias marcas de las más vendidas están incumpliendo la Norma Mexicana NMX-F-346-S-1980, al añadir más almidones y menos tomate.

La edición de noviembre de la Revista del Consumidor realizó un análisis a diversas marcas, encontrando en primer lugar el incumplimiento de la Norma Mexicana NMX-F-346-S-1980 que establece que dicho producto debe elaborarse a partir de un mínimo de 44.4 por ciento de jitomate, y no debe tener espesantes, colorantes ni conservadores.

Sin embargo, en su análisis se encontró que hasta en un 55 por ciento, la salsa está hecha de jarabe de maíz de alta fructosa, el cual resulta dañino para la salud.

“La ingesta excesiva de jarabe de maíz de alta fructuosa produce en gran cantidad la hormona ghrelina, la cual te hace sentir que nunca estás satisfecho y quieres seguir comiendo, provocando el incremento de personas con obesidad y en consecuencia se desencadenan otras enfermedades como la diabetes mellitus tipo 2”.

En el estudio que abarcó 4 marcas de salsa cátsup, y dos de salsa de tomate, resultó que algunas agregan azúcares y la mayoría, jarabe de maíz.

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La salsa de tomate tipo cátsup de la marca Clemente Jacques adiciona jarabe de maíz de alta fructosa al 42 por ciento.

Mientras que la salsa de tomate cátsup de la marca Del Monte adiciona fructosa, según su envase, aunque el análisis advirtió que lo que adiciona es jarabe de maíz de alta fructosa al 42 por ciento.

La de la Costeña tiene azúcar común y jarabe de maíz de alta fructosa al 42 por ciento, y Heinz, pese a que en su etiqueta niega azúcar adicional, Profeco encontró que sí existe azúcar en su fórmula, y también adiciona jarabe de maíz de alta fructosa de 42 por ciento.

Finalmente es la marca Embasa la que adiciona la mayor cantidad de jarabe de maíz de alta fructosa, al 55 por ciento.

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