México: La disputa por la reactivación III
A la memoria de mi maestro
Víctor Espíndola Cabrera,
VIII
En esta etapa de la coyuntura el gobierno de la Cuarta Transformación no está haciendo un trabajo antisistémico; apenas está poniendo la planta productiva a tono con las verdaderas necesidades del país. Resulta paradójico que este gobierno de izquierda tenga que consumarla parte que, más por corrupción e impunidad que por ineficiencia, el neoliberalismo dejó pendiente.
No es posible que los pasados gobiernos no se hubiesen hecho cargo de un tema donde la ciencia económica tiene uno de sus mayores consensos. Keynes lo llamó eficiencia marginal del capital, Carlos Marx, tendencia decreciente de la tasa de ganancia y los neoclásicos, padres teóricos del neoliberalismo, lo denominaron ley de los rendimientos marginales decrecientes. Coincide este postulado en que las ganancias tienden a disminuir en el largo plazo como efecto del avance tecnológico, la producción en cadena y las economías de escala. En México, mediante una relación esencialmente sucia, un sector del empresariado no sólo pudo eludir esa tendencia casi natural del capital, sino que obtuvo sus mejores ganancias en monto y tasas a partir de una alianza innombrable con el poder, aderezada a veces con intereses muy claros de los poderes fácticos. Particularmente en la industria de la construcción, a veces era difícil saber cuándo se estaba hablando con el empresario, con el funcionario o con el criminal. Pudo posponerse esa definición porque se produjo una amalgama de intereses donde se ganaba más en los acuerdos con sus cómplices que en la sana competencia. Los que en México aplicaron el neoliberalismo no tocaron los mercados imperfectos; de los dientes para afuera lanzaban loas al libre mercado mientras solapaban la existencia de un pequeño sector empresarial que vivía del amasiato político-económico, el contratismo y la corrupción.
Hoy que ese mundo se les cae algunos empresarios (los menos, hay que aclarar) claman por condonación de adeudos fiscales y porque el gobierno contrate créditos para que “los salve”. Pretenden repetir los viejos esquemas de privatizar ganancias y socializar costos, que en otros tiempos llevaron al rescate carretero, al azucarero, y, a la joya de la corona; el Fobaproa, que los mexicanos hemos pagado un cuarto de siglo y falta otro medio siglo para que nuestros bisnietos terminen de pagarlo.
Mientras los empresarios más grandes adelantan el pago de impuestos, ponen 250 hospitales privados al servicio de la comunidad, adelantan compras de proveedores y mantienen el salario de sus trabajadores en cesantía obligada, el grupo nucleado en torno al CCE exige que se les salve a ellos; su propuesta concreta es condonación total de impuestos y que el gobierno contrate un crédito de UN BILLÓN DE PESOS para rescatarlos. Apenas llevamos tres semanas de la crisis, pero se niegan a pagar impuestos del año pasado que ya descontaron a sus trabajadores. Lo dijo un caricaturista en una frase que resume el tema: se niegan a mantener un mes a quienes los han mantenido toda la vida.
Este sector de empresarios ignoran (o simulan ignorar) que una parte importante de los 42 mil millones de pesos entregados recientemente en apoyos a adultos mayores, estudiantes y personas con discapacidad, irremediablemente irán a parar a sus arcas. La mayoría de este sector vulnerable gastará esos apoyos adquiriendo bienes y servicios en ese tipo de empresas. Los beneficiarios de estos programas no tienen capacidad de ahorro, se mantienen con un déficit permanente de satisfactores básicos; su gasto esencial es en los llamados bienes-salario (comida, ropa, calzado, medicina, servicios de internet, bebidas, tabaco y pagos de servicios públicos). Esa realidad que no percibe la derecha flatulenta lo ven con absoluta claridad otros empresarios como Carlos Slim, que no sólo donó cien millones de pesos para combatir la epidemia, sino que está adelantando 8 000 millones de pesos de impuestos de sus empresas. Sabe perfectamente que una parte importante de los apoyos a programas de bienestar regresará a sus empresas cuando se adquieran más aparatos, más tiempo aire y más servicios y bienes que ofrecen. Son dos formas muy distintas de ver la coyuntura e implican una visión de país también diferente; como muchos empresarios, Slim sabe que el tiempo de los chantajes ha quedado atrás, hay un gobierno cuya amplia legitimidad le permite ser un interlocutor de respeto, aquí y en Arabia Saudita.
IX
La izquierda tiene un proyecto de nación, el neoliberalismo tiene un proyecto de desnacionalización. El proyecto obradorista no es una ocurrencia, sus categorías analíticas son las que están en boga a nivel oficial en los organismos que promueven el desarrollo sostenible; alrededor de ellas se hace teoría y se descubren cada día nuevas realidades. Esa nueva economía política goza de tanto prestigio que varios que han hecho equipo con el presidente trabajan en organismos internacionales que están en el centro de las propuestas y el debate mundial. Alicia Bárcena, la teórica que desarrolló y aplicó el primer programa de pensión para adultos mayores en la CDMX en el gobierno de López Obrador, es ahora directora de un prestigiado organismo de la ONU, la Comisión Económica Para América Latina (CEPAL).
Incluso problemas que eran previsibles con el arranque de la política de bienestar no se han producido. Los analistas están con el ojo cuadrado al darse cuenta que el gran despliegue de recursos a favor de los marginados no ha creado ni un céntimo adicional de inflación. Dos cuestiones empujan a ese resultado que NADIE esperaba: el hecho de que sean recursos con financiamiento sano, no con préstamos y también ayuda que era tal la baja de la demanda efectiva antes de estos programas, que la enorme demanda adicional no ha terminado de vaciar inventarios; es decir, no ha habido un reflejo automático de presión en la producción y su consecuencia lógica, un correspondiente aumento en la inflación.
Otra ventaja de la política obradorista es que se comenzó ANTES de la eclosión de esta crisis. Es la más vigorosa intervención del Estado mexicano hacia un estado del bienestar; equivale, en igualdad de condiciones a una política de pleno empleo. Estas medidas no conspiran contra el régimen capitalista, sólo lo acucian a resolver sus desequilibrios estructurales y a crecer sobre bases más sólidas y sanas. Parafraseando el debate presidencial entre Bill Clinton y Richard Nixon (es la economía, imbécil), hoy podemos decir a los asustadizos: no es Marx, ignaros; es Keynes.
X
En las próximas horas se anunciará un paquete de 25 millones de créditos para PYMES; eso no representa un rescate, es una palanca para reiniciar el crecimiento en un plazo que no puede ir más allá de este año. El decrecimiento mundial será un poco mayor al 10 por ciento. Será diferenciado en algunas naciones de acuerdo a las políticas que pongan en práctica y a la severidad con que resuelvan el problema de la pandemia. China decrecerá dos puntos por la pandemia y otros tres quizá por la influencia de la recesión mundial, que va a detener el dinamismo de sus exportaciones. Las economías de Alemania, Rusia, Corea, India y Japón sólo resentirán la depresión en su variante económica, puesto que han resuelto sus problemas sanitarios sin muchos inconvenientes; digamos que tendrán un crecimiento negativo entre tres y cinco por ciento. Francia, Inglaterra, Italia y España tendrán un retroceso de alrededor de ocho por ciento. Estados Unidos se llevará el palmarés con una depresión mayor al doce por ciento. Si México logra decrecer sólo un cinco por ciento quedará como una de las economías con mayor dinamismo en la siguiente década. (Está claro que asistimos al fin de la hegemonía de Estados Unidos, como lo propuse en un ensayo sobre China en el año 2006; pero ese es tema largo, objeto de otro ensayo).
XI
Nadie dijo que sería fácil, la transición mexicana está enfrentando la resistencia de algunos sectores. En 2018 sólo se ganó la elección, la coyuntura actual es una magnífica oportunidad para acelerar el desmantelamiento del partido de Estado y toda la cauda de impunidad, corrupción y simulación que representa. En este tipo de coyunturas se condensan las contradicciones pendientes y se perciben con absoluta claridad las opciones. La disputa es más profunda que la salida a la recesión; es un proyecto de nación contra otro de desnacionalización.
México va a salir fortalecido de esta crisis, con un modelo político y económico distinto a lo que conocimos, ajeno a la corrupción y con relaciones sanas entre empresarios, trabajadores y Estado. El viejo pacto corporativo de sometimiento no tiene por qué regresar.
Tienen razón, es más de lo mismo; nadie cambia de caballo a mitad del río. Es tiempo de ratificar el compromiso con la Cuarta Transformación de la vida pública de México, de seguir levantando las banderas de la libertad, la igualdad y la fraternidad. De ratificar que sigue vigente la consigna de campaña que resume el programa estratégico de este tiempo mexicano: por el bien de todos, primero los pobres.
CORREO CHUAN
Hacía dos minutos que había terminado la conferencia del domingo de ramos del presidente de la república cuando sonó el teléfono y alguien me sugirió que escribiera algo al respecto. No pude negarme; es una mujer de luz, de esas estrellas rutilantes que a veces alumbran el camino de mis marchas solitarias. Resultó este trabajo, que le dedicó a la memoria de uno de mis grandes maestros de Microeconomía. Por escribir este ensayo dejé a medias otro sobre la industrialización de Puebla que disertaría en una mesa redonda de la Escuela de Economía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Mi Alma Máter cumplió 55 años el 5 de abril y las festividades fueron suspendidas por la pandemia. Ha dado a la sociedad mexicana y al mundo hombres y mujeres muy valiosos no sólo en el campo de su especialidad; de esa escuela han salido escritores, poetas, dramaturgos, campeones nacionales de ajedrez, de oratoria, comunicadores, profesionistas que honran su preparación en el sector público, en la docencia, en el sector privado, en los bancos, en la Bolsa Mexicana de Valores, en la política de todo signo y en la discusión constructiva de los problemas nacionales y locales. ¡Gloria eterna a nuestra Escuela de Economía y a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla!
Ya había terminado este ensayo cuando leí la noticia de que los empresarios que pugnaban por un rescate han terminado siendo solidarios y ya están pagando casi la tercera parte de los 50 000 millones que adeudan. Qué bueno, esos recursos están abriendo la posibilidad de que haya apoyos (no rescates, es distinto) para las pequeñas y microempresas. La sangre no llegó al río.
El Correo Chuan dice que las contradicciones pueden exacerbarse pero que no hay problema, la mayoría de mexicanos ya dio el paso que tenía que dar para comenzar la Cuarta Transformación. Dice también que las cincuenta generaciones de economistas egresados de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla sirven a la patria en casi todos los campos del trabajo, la cultura y la producción. Zapata 21 es una dirección de bellos recuerdos.
E-mail: [email protected]
Autor
Redacción PH
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