Napoleón Gómez Urrutia, senador del Moren, aseguró que ya es necesario dejar atrás los “ataques perversos”, para desacreditarlo a él y la organización minera que –dice- representa, de lo contrario se defenderá conforme a la ley.

En su primera conferencia de prensa, tras regresar a México, el exlíder minero aseguró que la acusación por el desvío de 55 millones de dólares de un fidecomiso de trabajadores mineros, fue:

“Una conjura urdida por parte de grupos de poder que vieron amenazados sus intereses, en contubernio con quienes encabezaron el gobierno federal en los últimos 12 años y que lo orillaron a un autoexilio en Canadá”.

Gómez Urrutia descartó cualquier venganza contra quienes, a su juicio, intentaron destruirlo. No obstante, sostuvo que desde su posición en el Senado de la República buscará contribuir a que en México se acabe con la corrupción, la desigualdad y haya una verdadera aplicación del estado de derecho.

Asimismo, en el mismo son de “reconciliación” que prodiga Morena, el líder minero se dijo a favor de reabrir el caso de Pasta de Conchos, rescatar los cuerpos de 63 mineros, indemnizar a las familias y comenzar una investigación para dar con los verdaderos responsables.

Sin embargo, durante la ronda de preguntas y respuestas, Gómez Urrutia se molestó con algunos cuestionamientos que le inquirieron sobre cómo vivió durante su exilio en Canadá; a la reportera que se la formuló le dijo: “Es evidente quién la mandó a hacer esa pregunta”, para luego asegurar que no todos los líderes sindicales son corruptos ni utilizan recursos de procedencia ilícita.

También negó haber dejado abandonados a los familiares de las víctimas de Pasta de Conchos e insistió en que propondrá que el caso sea sujeto de una nueva investigación.

Sobre la austeridad que prodiga Morena y la cual le impediría ocupar dos cargos, aseguró que la ley le permite desarrollar en paralelo las funciones de senador y dirigente sindical, por lo que continuará en ambas tareas.