Redacción PH

Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso, afirmó que Rusia está dispuesta a seguir negociando con Ucrania pero no detendrá la operación hasta que no cumpla los objetivos previstos.

“Estamos dispuestos a negociar, pero continuaremos nuestra operación, porque no podemos permitir que en Ucrania exista una infraestructura que amenaza a la seguridad de Rusia. La desmilitarización será llevada a término con la eliminación de esta infraestructura y armamentos”, dijo en rueda de prensa con medios internacionales.

El jefe de la diplomacia rusa afirmó que “incluso si firmamos un acuerdo de paz, este deberá incluir obligatoriamente” el punto de la desmilitarización.

Lavrov, quien confirmó que las delegaciones negociadoras de Rusia y Ucrania se reunirán hoy, defendió la necesidad de esta operación militar al señalar que Moscú se consideraba amenazada por el avance de la OTAN al este y por la posible adhesión del país vecino a la Alianza Atlántica.

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“Compréndanlo, por favor. Se trata de una decisión a la que nos obligaron, porque durante los últimos años no nos han escuchado y nos han mentido”, señaló, al constatar que Rusia no se mete en otros países “a 10,000 kilómetros a organizar las cosas a su gusto”, en referencia a las invasiones de Estados Unidos a Irak o Afganistán.

Respecto a la operación rusa, señaló que marcha acorde al plan y sus objetivos son claros: “la desmilitarización de Ucrania desde el punto de visto de presencia allí en algún momento de armas que amenacen a Rusia”.

A ello sumó la desnazificación, “ya que nadie ha cancelado la sentencia del tribunal de Nurenberg, y sin lugar a dudas, las garantías de seguridad para Rusia que eviten el ingreso de Ucrania a la OTAN”.

De igual forma alertó sobre una posible catástrofe humanitaria en las ciudades ucranianas de Kiev, Járkov, Mariúpol y Sumy, asediadas por el Ejército ruso, y responsabilizó de ello a las fuerzas ucranianas y “destacamentos nacionalistas” que defienden estas plazas.

El Centro Nacional de Dirección de la Defensa de Rusia convocó una reunión de urgencia ante “la inminencia de una catástrofe humanitaria en Mariúpol, ciudad con una población de medio millón de personas”, declaró su responsable, Mijaíl Mízintsev.

Mizintsev denunció “los atroces actos terroristas cometidos por parte de los nacionalistas ucranianos” que mantienen el control de estas ciudades, que calificó de “indignantes”.