Redacción PH

Una encuesta realizada por Gleeden, plataforma de encuentros, reveló que en México sólo el 9% ha cumplido con todas sus fantasías sexuales, al mismo tiempo el 59 % siente curiosidad por participar en un trío sexual.

Los tríos no es el único pendiente en la lista de escenarios sexuales por cumplir de los mexicanos, también lo están hacer un intercambio de parejas, ser dominante o sumiso, observar o ser observado o tener una sesión de BDSM.

Sin embargo, aunque el 59 % está a la espera de saciar esa curiosidad, también hay un 10 % de los encuestados que no tiene interés en participar en sexo grupal, mientras que sólo un 31 % ya participó en uno.

En cuanto al swing o intercambio de parejas: 40% está interesado en experimentar, ya sea sumando a una persona más a la relación sexual o intercambiar a la pareja.

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La dominación y sumisión fue una de las fantasías más mencionadas por los hombres que buscan explorar roles de poder, donde algunos buscan la excitación a través de asumir el control, mientras que otros encuentran placer en la sumisión.

Los mexicanos también están interesados en complementar sus sesiones asumiendo el rol de voyeurista y exhibicionista, pues tanto hombres como mujeres se muestran interesados en el atractivo de observar o ser observado durante situaciones sexuales, lo que añade una capa adicional de excitación.

De igual forma mantienen en la lista de intereses está el BDSM: fantasía donde el control juega un papel central y se apoya de elementos como látigo, esposas o incluso puede recurrirse al shibari, un estilo japonés de bondage que implica atar a la pareja con cuerdas.

Sobre el tema, Rodolfo Rodríguez, sexual health manager en Trojan, recuerda que “las fantasías sexuales son una expresión normal y saludable de la sexualidad humana. Siempre es esencial abordar las fantasías de manera consensuada, ética y respetuosa, comunicándose abiertamente con la pareja y respetando los límites y las preferencias de todos los involucrados”.

Finalmente, recalcó que si bien la sexualidad debe vivirse en libertad y autenticidad, no debe olvidarse el uso del condón como “un paso fundamental para vivir una sexualidad sin miedos y con plenitud”.