De libros y más

En tanto que permanezca el mundo, no acabará la fama y la gloria de México-Tenochtitlan.
Memoriales de Culhuacán.

El 13 de agosto de 1521, después de sangrientas batallas y de haber permanecido en un terrible asedio -sin agua ni alimentos- los mexicas, se rindieron ante las tropas invasoras. Ese día, cayó la Gran Tenochtitlan y el silencio fue total, porque el mundo nunca volvería a ser el mismo.

Hoy se conmemoran quinientos años de la derrota del gran imperio mexica. Leer las crónicas de la conquista resulta doloroso, porque ocurrió aquí, en el mismo centro de la Ciudad de México. Duele, porque lo sentimos en la piel, en la sangre, en la patria; porque creemos que se trata de nosotros, los mexicas, los mexicanos; los que nos sentimos descendientes del Tlatoani, pero que, en realidad no lo somos; porque aquél día, el del gran silencio que recorrió el valle de Anáhuac, mientras caía Tenochtitlan surgía otra nación… la nuestra.

Conocer la historia de nuestro país, es interesante y necesario. Los escritores, Úrsula Camba y Alejandro Rosas, en su libro Cara o cruz: Hernán Cortés, nos acercan a los acontecimientos que rodearon la caída de Tenochtitlan, pero en especial, dan a conocer una visión del conquistador desde una óptica humana y desprovista de los resentimientos que suelen acompañar a la historia oficial.

Dice la introducción del libro:

«[…] la doctora Úrsula Camba y Alejandro Rosas no pretenden sacar del infierno cívico de la historia nacional a Hernán Cortés, tampoco buscan reivindicarlo y elevarlo a un pedestal […] Sin prejuicios se adentran en los años de la conquista para entender al hombre polifacético, a los protagonistas que participaron junto con él y a las circunstancias de ese acontecimiento histórico del que nació el México actual…».

Son tantos los mitos que rodean a Hernán Cortés, que, a veces, parece más un personaje de ficción que una persona. En esta obra, los autores le retiran ese halo de leyenda y lo presentan con todos sus claroscuros, dando como resultado una obra amena y agradable de leer.

«Hernán Cortés es el gran apestado de la historia nacional y es el gran olvidado de la historia hispánica. En el menos peor de los casos, su memoria se encuentra en una especie de limbo en ambos continentes; no es de aquí ni es de allá. Sus restos descansan en una modesta cripta en el templo del Hospital de Jesús, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, con una pequeña placa que sólo dice: “Hernán Cortés 1485-1547”».

Cara o cruz: Hernán Cortés, es un libro ligero y muy interesante. Escrito en un tono desenfadado, lejos del lenguaje oficial, resulta de las mejores obras para conocer los hechos que dieron paso a la conformación de la nación mexicana. Sin duda, es sumamente recomendable.

Y todo esto pasó con nosotros.
Nosotros lo vimos,
nosotros lo admiramos.
Con esta lamentosa y triste suerte
nos vimos angustiados.

En los caminos yacen dardos rotos,
los cabellos están esparcidos.
Destechadas están las casas,
enrojecidos tienen sus muros.

Gusanos pululan por calles y plazas,
y en las paredes están salpicados los sesos.

Rojas están las aguas, están como teñidas,
y cuando las bebimos,
es como si bebiéramos agua de salitre…

Anónimo de Tlatelolco, 1528. Los últimos días del sitio de Tenochtitlan.

Adriana Hernández Morales