A tres meses de que termine su sexenio, Enrique Peña Nieto, presidente de México, consideró que dos de sus grandes errores fueron el tema de la Casa Blanca y la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

En entrevista con Denise Maerker para Televisa, el mandatario federal señaló que respecto a la Casa Blanca, fue un señalamiento “sin soporte informativo” y que pese a que se abrió la información, fue un momento que afectó la credibilidad de su gobierno. Asimismo, aseguró que lamenta haber involucrado a su esposa, Angélica Rivera, para dar explicaciones sobre el caso.

“A ella no correspondía, ella no es funcionaria, no es servidora pública, ella tiene su propia trayectoria y la involucré, me arrepentí porque creo que a ella también le dejó un mal sabor y es un tema que ha sido difícil superar en todo este tiempo”.

Aunque su declaración contradice la versión oficial que se defendió de varias formas y por la que, incluso Rivera en un video declaró que la compra la realizó con recursos propios, aprovechando el dinero obtenido durante su carrera como actriz de Televisa.

Sin embargo a pesar de haber reconocido que era copropietario del inmueble, para el priista sigue sin existir un tema de conflicto de intereses, porque el presunto conflicto era sobre una obra que se iba a realizar y que nunca se realizó: el tren México-Querétaro y la relación con Grupo HIGA, de Juan Armando Hinojosa Cantú.

“Resulta que el presidente está tan acotado por supuestos conflictos de interés que no puedes hacer nada”.

Fue en noviembre de 2014, cuando Aristegui Noticias informó que el presidente y su familia vivían en una casa propiedad de Juan Armando Hinojosa Cantú, contratista de la administración federal y del gobierno mexiquense, que también encabezó Peña Nieto. Unos días antes, la empresa había ganado el contrato para construir el tren México-Querétaro, junto con el consorcio encabezado por empresas chinas.

De Ayotzinapa le queda “la pena”

En otro tenor, sobre los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, Peña Nieto reconoció que lo que le queda es la pena de lo sucedido.

“(Me queda) la pena que embarga a los padres por el dolor que tuvieron, que siguen tenido y que han tenido en todos estos años en demanda de justicia, en demanda de saber qué pasó a sus hijos”.

E insistió en la versión del exprocurador general de la República, Jesús Murillo Karam, sobre la “verdad histórica”, según la cual los 43 normalistas fueron quemados en el basurero de Cocula por miembros de la delincuencia organizada del estado de Guerrero.

“Lamentablemente el crimen organizado que ha permeado esferas de gobiernos municipales tuvieron que ver en la desaparición… Todos los elementos de investigación concluyen en lo mismo. Incluso, información reciente, conocida por los padres y por quienes le están dando seguimiento a este caso, saben de labores de inteligencia realizadas por el gobierno norteamericano donde detectan llamadas de un grupo delincuencial que operaba en Chicago que tenía vínculo con el grupo delincuencial en México donde se confirma qué hicieron con los estudiantes: los quemamos en el basurero”.

Finalmente, el presidente dijo que le gustaría ser recordado con el saber que como presidente le cumplió a México con su deber.

“Para mí ha sido un privilegio de vida ser presidente de este país, estoy más que agradecido con dios, la vida y con los mexicanos que confiaron en el proyecto que postulé y también con los que fueron críticos constantes”.