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«Nosotros, escritores, pintores, escultores, arquitectos, apasionados entusiastas de la belleza hasta ahora intacta de París, venimos para protestar, con toda nuestra fuerza, con toda nuestra indignación, en nombre del gusto francés anónimo, del arte y de la historia amenazada, contra la construcción, en el corazón de nuestra capital, de la inútil y monstruosa torre Eiffel…».

Protesta de los artistas contra la torre de Monsieur Eiffel, 14 de febrero de 1887.

Hablar de París siempre resulta oportuno, pero aun más, cuando la historia de uno de sus principales monumentos está agradablemente retratada en Eiffel, la exitosa novela del escritor Nicolas d´Estienne d´Orves, que recientemente llegó a los estantes de todas las librerías.

Al pensar en París, siempre está presente la imagen de su magnífica torre, aunque hay que recordar que ese monumento estaba destinado a ser desmantelado, ya que la concesión del terreno sobre el que se construyó solo era por veinte años; sin embargo, por méritos propios, ganó su permanencia en el paisaje de la Ciudad Luz y se convirtió en uno de los principales símbolos de la nación francesa.

Pero, para hablar de Eiffel, viene bien un poco de historia. En el marco de los preparativos para celebrar el centenario de la independencia, el gobierno francés publicó una convocatoria para construir el monumento que representaría a la nación en la Exposición Universal de 1889, cuya sede sería la ciudad de París. El proyecto ganador fue el presentado por el ingeniero y empresario Gustave Eiffel y consistía en una torre de hierro, con una base cuadrada, que mediría 125 metros de lado y 300 metros de alto.

Apenas habían transcurrido unas semanas del inicio de la construcción, cuando iniciaron las protestas. El importante periódico Le Temps publicó una carta titulada: «Protesta de los artistas contra la torre de Monsieur Eiffel». El documento estaba firmado por los más connotados representantes de las artes francesas y se referían al monumento como la deshonra de París.

A pesar de la gran ola de críticas, Gustave Eiffel, nunca desistió y después de dos años, dos meses y cinco días de construcción, la torre fue inaugurada con gran éxito. Durante la Exposición Universal, recibió a casi dos millones de visitantes, aunque, durante la primera semana los ascensores no funcionaban, casi treinta mil personas se atrevieron a subir sus 1710 escalones, solo para tener una vista privilegiada de la ciudad de París. El resto es historia.

En Eiffel, Nicolas d´Estienne d´Orves, presenta un agradable relato, que entreteje los pormenores de la construcción de la torre con una historia de amor que, probablemente, fue el impulso de Gustave Eiffel, para afrontar las dificultades y lograr lo impensable: partir de la desaprobación popular hasta convertir a su obra en el símbolo de una nación.

Eiffel, es una novela ligera y muy entretenida, que, seguramente, provocará varios suspiros, ya sea por la mezcla de amor, desencuentros y pasión que relata, o por transportarnos a la hermosa Ciudad Luz, porque, después de todo, «Siempre tendremos París».

(“We’ll always have Paris”. Rick Blaine/Humphrey Bogart, Casablanca).

Adriana Hernández Morales

Título: Eiffel

Autor: Nicolas d´Estienne d´Orves

Editorial: Planeta

(También disponible en formato electrónico).