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El infierno está vacío y todos los demonios están aquí.

William Shakespeare. La tempestad.

Hace algunos años, la empresa francesa, France Telecom, de participación estatal, era una de las más poderosas de Europa, ya que manejaba la mayor parte de los servicios de telefonía fija de su país; sin embargo, no supo adaptarse a la enorme competencia de la telefonía celular y sus finanzas empezaron a sufrir estragos; fue entonces, que el gobierno francés decidió privatizarla a fin de que operara con mayor libertad. Para sanear los números de la compañía, sus directivos optaron por el camino que les pareció más sencillo: despedir a más de 22,000 trabajadores -su plantilla laboral era de casi 130,000 personas-.

Entre los múltiples aspectos que los ejecutivos de France Telecom, ignoraban, estaba el hecho de que la mayoría de los trabajadores tenían contratos vitalicios, ya que era una compañía famosa por su estabilidad laboral, en la que los empleados solían estar durante toda su vida y únicamente se retiraban por jubilación. Ingresar a France Telecom, era garantía de permanencia en el trabajo, incluso, muchos trabajadores han mencionado que se sentían parte de una gran familia.

Al fracasar el intento de despido de los trabajadores, los altos mandos de la compañía decidieron que lo mejor era obligar a los empleados a renunciar. Didier Lombard, presidente de la empresa, afirmó: “Conseguiré esas salidas de una forma u otra, por la ventana o por la puerta”; y para lograrlo, encabezó una sucia campaña de terrorismo laboral. En esa estrategia colaboraron todos los jefes de la compañía; así que, metódica y sistemáticamente, se encargaron de desestabilizar emocionalmente a los trabajadores.

El acoso llegó a límites inconcebibles, los empleados eran obligados a trabajar sin descanso; se les modificaban frecuentemente los turnos de las jornadas; les cambiaban las actividades por otras que correspondían a áreas que desconocían, o de menor rango; algunos eran marginados de sus labores y, sin previo aviso, se les asignaba una nueva sede, lejos del lugar en que residían; además de sufrir insultos y humillaciones. Por obvias razones, dentro de la compañía no había modo de quejarse y la legislación francesa no tenía grandes avances en el tema de acoso laboral, además de lo oneroso que les resultaría llevar el tema a juicio.

Finalmente, France Telecom, se deshizo de algunos trabajadores, pero no del modo en que habían planeado. Unos, efectivamente, renunciaron ante el terrible acoso que sufrían; pero al menos 35 empleados, se suicidaron.

El asunto llegó a los tribunales y los directivos fueron condenados por acoso moral, aunque no con grandes consecuencias, debido a la entonces débil legislación francesa en la materia. El juicio, fue dramático y conmovedor; los testimonios de los trabajadores y sus familiares eran desgarradores, también se leyeron las cartas que algunos empleados escribieron explicando los motivos que los orillaron a quitarse la vida. Sin embargo, Didier Lombard, sin mostrar el mínimo arrepentimiento, solo dijo: “Las transformaciones por las que tiene que pasar un negocio no son agradables, así son las cosas, no hay nada que pueda haber hecho”.

El caso de France Telecom, parece extremo, pero, por desgracia es bastante frecuente, al menos en lo referente a las presiones que tienen que soportar muchos trabajadores, y que se agravan en momentos como el presente en el que las oportunidades de trabajo escasean; así que, independientemente de las opciones legales, resulta imprescindible aprender a detectar el riesgo de tratar con jefes carentes de empatía y propensos al maltrato, es decir, con psicópatas.

Durante mucho tiempo, el cine y las novelas de aventuras crearon una imagen distorsionada de los psicópatas, por lo que suelen confundirse con asesinos en serie o con seres violentos y escandalosos, fácilmente identificables; pero, de acuerdo a los estudios realizados por el psicólogo Iñaki Piñuel, -reconocido investigador y profesor de Psicología de la Universidad de Alcalá y Doctor en Psicología por la Universidad Complutense- en su libro Mi jefe es un psicópata, menciona que no resulta sencillo reconocerlos a primera vista, y las consecuencias pueden ser devastadoras.

En palabras de Piñuel:

“Seguro que usted se ha cruzado con ellos en su lugar de trabajo. Son astutos, carismáticos, atractivos y dotados de habilidades sociales. Suelen producir una inmejorable primera impresión […]. Se muestran espontáneos y desinhibidos respecto a las normas. Al principio resulta gracioso y hasta divertido pulular a su alrededor. Sin embargo, poco a poco su lado oscuro comienza a emerger. Se muestran como lo que son en realidad: egoístas, narcisistas, iracundos, manipuladores e implacables. Detrás de este estilo de conducta no hay nada. Están totalmente vacíos. Detrás del supuesto carisma o capacidad de liderazgo se atrinchera una pasmosa realidad: la de un ser sin conciencia moral alguna”.

Mi jefe es un psicópata, es un libro muy interesante, es el resultado de investigaciones serias sobre acoso laboral, en la que el autor, utilizando un lenguaje sencillo, analiza la personalidad y el modo en que operan los psicópatas en puestos de mando y, también, da pautas para detectarlos y confrontarlos.

Escribe Iñaki Piñuel:

“El objetivo que busca el psicópata con el acoso laboral es intimidar, apocar, reducir, aplanar, amedrentar y consumir emocionalmente a su víctima, con vistas a eliminarla de la organización y satisfacer su necesidad de agredir, controlar y destruir.

El poder sancionador utilizado de manera arbitraria. […] Con ello el psicópata incrementa la probabilidad de que la víctima termine marchándose de su departamento o de la organización”.

El autor, utilizando un tono ligero, logra que el lector pueda reconocer a cualquiera de estas personas en su ámbito laboral -o hasta en el social- pero también transmite el mensaje del gran peligro de permanecer cerca de un abusador, sin estar prevenido.

De acuerdo a las investigaciones del Doctor Piñuel, el poder es uno de los factores que pueden desencadenar una conducta de abuso – basta recordar la participación de todas las personas con puestos de mando de France Telecom, que se dedicaron a hostigar a los trabajadores que estaban bajo sus órdenes-. En este sentido, el capítulo dedicado al “lado oscuro del liderazgo”, resulta especialmente interesante, ya que se ha comprobado que la conducta abusiva o maltratadora, es altamente contagiosa.

Mi jefe es un psicópata, además de interesante, es una herramienta muy valiosa para detectar y confrontar a esas personas con personalidad abusiva o francamente psicópata, y -a pesar de la seriedad del tema- es un libro muy ligero y entretenido.

Adriana Hernández Morales

Título: Mi jefe es un psicópata.

Autor: Iñaki Piñuel

Editorial: Alienta

(También disponible en formato electrónico).