Redacción

Miguel Barbosa Huerta, gobernador de Puebla, insiste en tomar el control de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) a través de la imposición de un órgano de control interno que fiscalice la aplicación de recursos.

Reveló en entrevista a la Jornada de Oriente en la que el mandatario confirmó que en el Congreso de Puebla una iniciativa para imponer un órgano de control interno, luego de que fracasara la auditoría preventiva que inició en diciembre pasado desde la Auditoría Superior del Estado (ASE), y la BUAP respondiera llevando la controversia a la Auditoría Superior de la Federación (ASF) para que inicie el proceso de revisión.

De acuerdo con el gobernador su propuesta es viable pues “ya existe en la mayoría de universidades autónomas públicas”, como la UNAM y la de Hidalgo, donde hubo controversia constitucional.

En ese tenor mencionó que la autonomía se refiere a la libertad de cátedra, mas no implica opacidad en el manejo de recursos por lo que la llegada de un órgano estatal de control no afectará a la universidad.
La autonomía es de cátedra, no de manejo de recursos; no se está afectando la autonomía.

De igual forma Barbosa Huerta descartó tener cualquier tipo de interés en la universidad y por el contrario sólo se refiere al uso de los recursos.

No tengo pretensiones de afectar a la universidad; para mí, todo órgano público que maneje recursos debe rendir cuentas.

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Incluso descartó haber sido él quien ordenó la auditoría contra el ente que recibe 4 mil 500 millones de pesos al año de la federación y 2 mil millones del estado, sino que fue iniciativa de Francisco Romero Serrano, titular de la ASE.

Créanme o no me crean: yo no instruí al auditor; yo me sorprendí de que lo hubiera hecho y pregunté por qué lo hizo. Me quedé sorprendido; es su responsabilidad, me quedé sorprendido.

No obstante, acusó a Alfonso Esparza Ortiz de querer salir impune, pues la firma del despacho que se encarga de la auditoría externa le pertenece.

Es la firma del despacho de Esparza. Hay que acabar con esa tradición de absoluta impunidad de los rectores, de rectores millonarios. Se acabó, eso en Puebla ya no debe de existir. Yo tranquilito, no voy a moverme de esa posición y si él quiere promover amparos contra los placazos (sic) y marchas, que tome sus decisiones y se siga equivocando.

Finalmente, acusó a Esparza Ortiz de sentirse “intocable” y ser “arrogante” por las acciones que ha emprendido para evitar que la ASE los fiscalice.

El rector pensó que yo era el que estaba haciéndolo, porque es intocable y arrogante; pensó que iba a rivalizar con el gobernador. Conmigo no rivaliza, yo sólo aplico la ley (…) un litigio legislativo, jurisdiccional de evaluación de poderes públicos, de competencia sobre rendición de cuentas, nunca lo van a ganar.