El pasado 30 de abril Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, anunció como medida extra de su política de austeridad, que él sería quien personalmente revisaría y autorizaría los viajes al extranjero de los funcionarios.

Presuntamente la medida solo estaba dirigida a funcionarios, sin embargo el tabasqueño optó por extenderla a toda la administración pública, tal y como se confirmó en el memorándum del pasado 3 de mayo en el 9:

“Toda comisión al extranjero deberá ser solicitada por escrito, justificada y autorizada por el Titular del Ejecutivo Federal”.

Es así como la situación afectó a la comunidad científica, quienes ahora necesitan de la autorización firmada, de puño y letra, del presidente de México.

Ahora será el Ejecutivo quien decida por los investigadores mexicanos, pese a que varios de ellos logran estancias académicas y becas, las cuales son pagadas por los centros que los reciben.

Tal es el caso de Marcos Nahmad, científico mexicano especializado en biología cuantitativa, quien consiguió que lo aceptaran para hacer una estancia académica en un centro de investigación en Chicago, Estados Unidos.

Marcos Nahmad hace investigación multidisciplinaria en biología del desarrollo con modelos matemáticos y datos computacionales para analizar cómo crecen los órganos del cuerpo y el momento en que se detienen.

Su trabajo le valió la invitación al  centro de investigación, incluso logró negociar que le pagaran el hospedaje mientras él se encargó de pagar los boletos de avión.

El investigador ya tenía todo aprobado por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), sin embargo ahora tendrá que conseguir la autorización firmada de puño y letra del presidente.

“Originalmente, a mí me habían dicho: tú no te preocupes porque seguramente esto va a aplicar para las nuevas comisiones… me acaban de avisar que sí me afecta. Entonces yo tengo ya comprometido mi boleto de avión con fondos propios, pero la reserva de hospedaje, que quedaría muy mal con otra institución si no voy”.

Nahmad desde enero empezó a tramitar que lo aceptaran para este intercambio académico y ya tenía la aprobación del departamento de Fisiología Biofísica y Neurociencias, y de la dirección del Cinvestav para usar los 20 mil pesos que cada investigador tiene para hacer viajes cada año.

“Ahora no queda claro cuánto se puede tardar y si me lo van a aprobar o no. Y el monto es ridículo, no estoy solicitando 200 mil pesos, es una cantidad que de por sí ya la tenemos autorizada para eso, no hay que transferir dinero de otros lados para esos viáticos, ya está esa cantidad que es sumamente razonable”.

El caso de Marcos Nahmad es uno de los más de 600 científicos del Cinvestav que ahora estarán sujetos a la venia del mandatario.

Dos firmas más

En el portal de la Administración del Cinvestav ya está disponible el nuevo formato, en el mismo se incluye dos nuevos espacios, en uno se exige la firma de Héctor Martín Garza González, titular de la Unidad Administrativa y Finanzas de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y al final está el nombre del presidente y un espacio para su firma.

La medida ha causado malestar entre los científicos que la consideran violatoria de la estructura del Centro de Investigación, al dejar por debajo la autoridad de su director.

Sin embargo lo más preocupante es que no saben qué criterio va a usar el presidente para decidir si aprueba o no las solicitudes.

Hasta hace poco el Cinvestav gozó de “independencia” para manejar los recursos ya asignados a sus investigadores, sin embargo ahora tendrán que enviar sus autorizaciones a la unidad de Finanzas de la SEP, para pedir el aval a los viajes de sus investigadores para participar en congresos o cursos fuera del país.

¿Cómo era antes?

Los viajes al extranjero de estos científicos siempre han estado regulados, tienen limitaciones presupuestarias y todo tiene que comprobarse. Pero hasta ahora, solo hacía falta la firma del jefe de departamento y luego la del director general del Cinvestav.

Eugenia Roldán, investigadora del Departamento de Investigaciones Educativas (DIE), dice que la cantidad de 20 mil pesos incluso puede considerarse “generosa” comparada con otros Centros de investigación, sin embargo  todo el procedimiento goza de total transparencia, además que en una década no se ha aumentado esa asignación.

“Eso puede servir para la mitad de un viaje, a veces. Lo único que nos pagaban adicional eran las inscripciones al congreso, para eso hay una partida diferente. Pero para boletos de avión, hotel, y gastos diarios, comida y eso, son 20 mil pesos”.

Además los investigadores del Cinvestav cumplen con evaluaciones y certificaciones que del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y del propio Cinvestav y en el caso de los viajes al extranjero siempre van precedidos por la presentación de la carta invitación.

Otra de las incongruencias de la nueva norma con las que tendrán que lidiar es la de las reducciones, pues la orden presidencial es de reducir 30 por ciento los viáticos nacionales y 50 por ciento los extranjeros, que no saben cómo se les va a aplicar porque ellos recibían esa única cantidad en total.

Además, los boletos de avión tienen que comprarse en la agencia de viajes con las que tiene convenio el Centro, no hay opción de conseguirlos por otro lado.

Regresando deben entregar la constancia de asistencia, y llevar cada ticket, factura o recibo de los gastos hechos.

“Hay que presentar todos, todos los comprobantes a la vuelta. Si por obra y gracia del Espíritu Santo sobra dinero, hay que devolver hasta el último peso. Si te pasas, ya cada quién de su bolsillo”.

También indican que aunque pueden obtener más dinero a través de otras becas o fondos, su uso debe ser aprobado por la dirección general.

Finalmente advierte que en la mayoría de los casos, el dinero que reciban, venga de donde venga, debe comprobarse ante Hacienda.

“Lo que diga mi dedito”

Mientras la molestia de los investigadores crece, este miércoles en su conferencia de la mañana, López Obrador presumió que aprobó menos del 20 por ciento de solicitudes hechas por funcionarios de todo el gobierno para salir del país.

“Si hace falta viajar al extranjero y se puede resolver con el teléfono, con las teleconferencias, hacerlo y ahorrar. Yo les decía, se pone la medida que se autorizan ahora los viajes al extranjero y apenas en una semana 120 solicitudes, en una semana, para viajar a todo el mundo. ¿Cuántas se autorizaron? Veinte”.

El mensaje del presidente es claro, los viajes los determinará de acuerdo a su criterio, lo cual terminará afectando a la comunidad científica pues aunque son servidores públicos no son burócratas, sin embargo se les está dando el mismo trato.

Cabe recordar que a diferencia de las Universidades, los Centros de Investigación no son autónomos, lo cual deja a su comunidad científica a expensas de lo que se decida para toda la administración federal.

Con información de Animal Político