Julio Huerta Gómez ha renunciado a la Secretaría de Gobernación de Puebla. O lo renunciaron. No era posible llevar a cabo sus cuatro encomiendas, ejes fundamentales de su gestión en el puesto.

1. Llevar a buen fin su gestión como responsable político de su jefe, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, Gobernador del Estado, 2. Responsable de la campaña de Claudia Sheinbawn, 3. Responsable de la continuidad del Barbosismo, y 4. Construir su candidatura a gobernador para el 2024.

Demasiado. El que mucho abarca poco aprieta.

Imposible cumplir a cabalidad con su principal tarea, el apoyo a Sergio Salomón Céspedes. Su presencia, compromiso que cumplía a cabalidad el Gobernador, impedía la estrategia de sumar. Libre, después de haber respetado a los barbosistas y darles salidas dignas, se cumplió

Logró penetrar con su inversión política, aprovechando el puesto, el ánimo de Sheinbaum, y, poco conocido, logró colarse como su coordinador en Puebla, pero provocó el descontento de las otras corcholatas por su doble función: secretario y coordinador.

El Barbosismo se acabó. El compromiso del Señor Gobernador ofreció y dio una salida tersa y elegante a los 4 principales integrantes del petit comité que construían el Barbosismo. No queda nada de ellos.

Ahora, Céspedes Peregrina lucirá por sí sólo. A estas alturas el Barbosismo le hacia daño.

El camino hacia la silla principal de Casa Aguayo es una entelequia. Sabe que no lo logrará. Busca ahora su oportunidad en el sexenio de Claudia Sheinbaum, acomodo en el nuevo gobierno.

De ahí la invitación que Alejandro Armenta Mier para que se sume a su equipo de campaña.

El Barbosismo terminó, Huerta Gómez cumplió su función y Salomón Céspedes podrá construir con su estilo y compromiso con los poblanos.

Es cuanto.

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Luis Enrique Sánchez Fernández es periodista; ha escrito para impresos en papel, radio, televisión y portales digitales. Es universitario, historiador y cronista.