De panzazo y contra todos los pronósticos, la administración de Andrés Manuel López Obrador libró uno de los fantasmas más grandes que acechaban a su naciente sexenio: la recesión económica.

Este miércoles, el Inegi presentó sus datos del segundo trimestre de 2019, en los que se observa que el PIB mexicano creció 0.1 por ciento, entre abril y junio frente a una contracción del 0.2 por ciento en el trimestre anterior, y por encima del retroceso de un 0.1 por ciento pronosticado.

Este “avance” por mínimo que parezca se debe en gran medida al sector servicios, con lo que se contrarrestaron algunos temores sobre si el país habría entrado en una recesión técnica.

Tras la divulgación de las cifras, el peso, que ha estado bajo presión del mercado ante el temor del impacto de una desaceleración económica, se apreciaba ligeramente.

Sin embargo el mínimo crecimiento se da al mismo tiempo que las actividades agropecuarias retrocedieron un 3.4 por ciento y las industriales permanecieron estancadas, mientras que los servicios y el comercio avanzaron apenas un 0.2 por ciento contra el trimestre previo, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Entérate:  FMI baja pronóstico de crecimiento a 0.9%; AMLO insiste en llegar al 2%

Con el 0.1 por ciento se confirma que aún la Cuarta Transformación tiene un proyecto “muy, muy débil”, tal y como lo advirtieron entidades como Bank of America Merril Lynch (BofA) y JP Morgan, que habían señalado que de registrarse otra contracción cuando se publicara el PIB trimestral, podría considerarse que la economía local habría entrado en una “recesión técnica”.

Mientras, a tasa interanual, el PIB cayó sorpresivamente un 0.7 por ciento con cifras originales, su primera lectura negativa desde el cuarto trimestre de 2009, dijo el Inegi, pese a que analistas anticipaban una expansión del 0.2 por ciento.

Cabe recordar que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien ha prometido un crecimiento de la economía del 2 por ciento para este año, arremetió esta semana contra el FMI que recortó nuevamente su proyección del PIB a un 0.9 por ciento.