En su más reciente edición, el US News & World Report de 2019, que puntea los mejores países para vivir, colocó a México entre uno de los veinte peores países para ser mujer.
De acuerdo con el ranking anual que califica a 80 países, México se colocó en la posición 60, por diversas situaciones que tienen que enfrentar las mujeres como la brecha de género, la falta de seguridad y la falta de oportunidades para progresar.
Incluso México está por debajo de países como Kazakhstan, Turquía, Israel y Arabia Saudita, quienes obtuvieron los lugares 59, 52, 43 y 41 respectivamente.
Para realizar el ranking, se evaluó la percepción de un grupo de casi 9 mil mujeres de todo el mundo, conformado principalmente por “élites informadas” y “tomadores de decisiones del entorno empresarial”.
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Cabe mencionar que de acuerdo con un estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares señala que de los 46.5 millones de mujeres de 15 años y más, 30.7 millones, es decir el 66.1 por ciento, ha sufrido algún tipo de acoso o agresión en su contra.
Donde se dan más casos de violencia es en pareja, por lo que el principal agresor es o ha sido el esposo, pareja o novio.
Aunado a ello el 43.9 por ciento de las mujeres reconoció que tienen o tuvieron una pareja que las agredió en algún momento de la convivencia.
En tanto, durante 2018, oficialmente se registraron 3 mil 580 víctimas de feminicidio, mientras cada 160 minutos es asesinada una mujer/niña/adolescente en el país.
Un buen lugar para vivir
Pese a ello, México aún está entre los 35 mejores países para vivir…si eres hombre.
No obstante, el lugar 35 representa un descenso si se considera que, en 2018 fue el país 31.
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También se encuentra en el lugar número 26 respecto a la influencia cultural, ya que se le percibe como alegre e importante en términos de entretenimiento. Está también en el número 5 respecto a la herencia cultural, con una calificación de 9.7 en comida.
Sin embargo, se encuentra en el lugar 48 respecto a ciudadanía (por la falta de interés en derechos humanos, el poco interés en asuntos medioambientales y la mala distribución de poder político).
