A una semana de ir a las urnas en Puebla, el voto duro de Morena se reblandece sobre todo en las zonas urbanas, donde algunos ciudadanos no están convencidos de volver a otorgar su voto de confianza al partido del presidente Andrés Manuel López Obrador.

En mes y medio de campaña, partidos y candidatos particularmente morenistas, reportan un excesivo desgaste frente a la ola de escándalos y señalamientos, por el manoseado proceso interno en la selección de sus candidatos y en segundo lugar por los escándalos de corrupción que envuelven a sus principales personajes políticos.

Todo lo anterior advierte un día D donde la batalla no la tienen ganada los morenistas que en la víspera del 6 de junio le apuestan al voto masivo para la marca, usando la figura y las frases del líder moral AMLO.

El voto duro de Morena ha perdido fuerza sobre todo en las regiones urbanas, donde la gente mira con recelo los enfrentamientos internos y los pocos resultados que reportan muchos de los que van tras una apretada relección.

El voto en las zonas urbanas de Puebla se pronostica más reflexivo y dando un peso mayor no a la marca, sino a los personajes. Asimismo es importante tener en cuenta el voto de castigo para todos aquellos que ya tuvieron dos años de trabajo y que sin haber cumplido, hoy regresan a las urnas con un desgaste que evidencia su incumplimiento a todas aquellas promesas con las que ganaron en la primera vuelta.

La ausencia del líder moral morenista en la boleta es sin duda uno de los factores que enciende la alerta para este partido, que en su joven existencia ha dado muestra de una fragmentación severa debido a la división y confrontación de grupos que buscan sólo en discurso defender un llamado proyecto, que en términos reales ha sido utilizado para la integración de camarillas sectarias, donde se han priorizado la postulación de personajes “non gratos”, se ha puesto en el reflector el vínculo de algunos candidatos con la delincuencia organizada y se han utilizado recursos públicos para financiar campañas de quienes buscan reelegirse.

Con este panorama el voto duro de los morenistas se ablanda entre más cercana está la fecha de ir a las urnas.

El hartazgo ciudadano obliga a la reflexión de votar de manera razonada y con un análisis personal.

Los morenistas le sigue apostando a “capitalizar” la llamada esperanza de los pobres que también han empezado a despertar frente el encarecimiento de los costos básicos para sobrevivir, el brutal desempleo y una oleada de repuntes que pegan directamente en el bolsillo de millones de familias mexicanas.

Puebla capital como muchos otros lugares urbanos, es una de las ciudades donde el voto morenista no ha logrado una consolidación que les garantice un triunfo holgado.

El segundero electoral avanza hacia la hora marcada donde el llamado voto duro de la transformación reporta su parte de guerra con la decepción de muchos simpatizantes, la intromisión de figuras externas al llamado movimiento izquierdista y los escándalos de corrupción y excesos que hoy involucran a varios de sus candidatos.

Puebla se enfrenta al reto de quebrar el llamado voto duro que hace dos años logró el triunfo en una ciudad donde muchos ciudadanos esta vez, le darán un NO a la llamada transformación que ha resultado efectivamente ser de cuarta.

@rubysoriano
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