Redacción

Joaquín Salvador Lavado, “Quino”, el humorista gráfico más internacional y más traducido del idioma español, falleció a los 88 años.

El creador de Mafalda, una niña sabia y respondona, nació el 17 de julio de 1932 en Mendoza, Argentina, ciudad a la regresó a vivir desde 2017 tras el deceso de su esposa, Alicia Colombo.

Desde niño Quino decidió ser viñetista, cuando un tío suyo, diseñador gráfico, por entretenerle a él y a sus hermanos empezó a hacerles dibujos.

Al crecer estudiaría Bellas Artes en la universidad de Cuyo, carrera que no concluyó, pero le sirvieron para iniciar como dibujante publicitario.

Fue un trabajo para publicidad de donde surgió Mafalda en 1962, pues el encargo consistía en elaborar tiras cómicas para los diarios en las que se mostrara en dibujos la vida de una familia que utilizaba los electrodomésticos Mandsfield.

Los periódicos rechazaron aquella publicidad, porque se confundía con los contenidos propios, y los personajes ideados por Quino para el encargo se quedaron en la recámara. Sin embargo, los recuperó en 1964, ya sin propósito comercial, y así surgió en el periódico porteño Primera plana la tira de más éxito de la historia en lengua española, que después se publicaría en diarios de todo el mundo.

El éxito de Mafalda, Manolito, Susanita, Libertad, Guille y Felipe llegaron al cine y más tarde a libros que vendieron millones de ejemplares y serían traducidos a más de 30 idiomas.

En 1973, nueve años y mil 928 tiras después de su creación, Quino decidió que ya no dibujaría más a Mafalda, agotado por el propio personaje y por la tiranía de la entrega diaria al periódico. Y empezó entonces una creación más ambiciosa aún, con dibujos minuciosos, detallistas, igualmente brillantes, que mostraban a menudo la opresión de los poderosos y la mirada inteligente del pisoteado. EL PAÍS SEMANAL publicó esas viñetas en los años noventa.

Sus libros se siguieron vendiendo por cientos de miles: Potentes, prepotentes e impotentes, Quinoterapia, Gente en su sitio, ¡Qué presente impresentable! o Yo no fui.

En la década de los noventa su salud comenzó a deteriorarse, acrecentándose síntomas de enfermedades detectadas con anterioridad pero controladas hasta esa entonces, una de ellas glaucoma, por la cual sufrió seis operaciones quirúrgicas en apenas 10 años. En 2006 dejó de dibujar regularmente. En 2019 estaba casi ciego.

Con su muerte Quino también deja varias incógnitas una de ellas, el apellido de Mafalda o el nombre de su padre, e incluso el futuro de Mafalda, de quien alguna vez especuló que “probablemente ya estaría muerta porque habría sido alguno de los desaparecidos de la dictadura militar argentina”.

Con información de El País.