Crispín Ojeda Márquez, obispo de la Diócesis de Tehuantepec, municipio zapoteco del Istmo Oaxaca, hizo un llamado a todas las personas de buena voluntad a recibir a los migrantes centroamericanos como “hermanos e hijos de un mismo padre que está en el cielo”.

Ojeda Márquez convocó a los oaxaqueños a ser solidarios con los centroamericanos y no tratarlos como ilegales o como delincuentes y ayudarlos no solamente con alimento o techo, sino también con “calor humano, amistad, confianza, aliento y esperanza”.

A través de un comunicado, solicitó a los párrocos de los lugares por donde pasará la caravana migrante, organizar la población para que se realicen acciones de solidaridad a favor de los centroamericanos.

También pidió a las autoridades de estatales y locales, garantizar la seguridad de los migrantes y respetar sus derechos.

“Que no impidan, mediante el uso de la fuerza policial, su libre tránsito por territorio nacional y que se respeten sus derechos como personas humanas”.

Pidió a la Virgen de Guadalupe “cubrir y proteger con su manto maternal, a nuestros hermanos migrantes hondureños y los acompañe hasta la meta de su camino”.

Por otro lado, por parte de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), un grupo de 15 personas encabezadas por Arturo Peimbert Calvo, junto con la delegación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) se organizan para atender miembros de la caravana en su paso por Tapanatepec.