Deshidratación y enfermedades diarreicas son muy comunes en la temporada de calor, por lo que la Secretaría de Salud de Puebla emitió una serie de recomendaciones a los padres de familia a fin de extremar precauciones para evitar que los niños menores padezcan sus efectos.

De acuerdo con Sofía Morales Zurita, subdirectora de Vigilancia Epidemiológica de la dependencia, el primer paso para evitar cualquier riesgo es lavarse las manos antes de preparar, manipular o comer cualquier tipo de alimento; después de ir al baño o de cambiar los pañales de un bebé. También, después de toser, estornudar o limpiarse la nariz; al llegar a casa, al trabajo o la escuela.

Por las altas temperaturas también es importante conservar y almacenar todos los alimentos con estrictas medidas de limpieza y, los que así lo requieran, en refrigeración.

Para los recién nacidos hasta los seis meses de edad, recomendó a las madres de familia alimentar a los bebés exclusivamente con leche materna, lo que hará que el pequeño tenga mejores defensas.

Esta medida debe complementarse con un estricto control en su esquema de vacunación y de consumo de vitamina A.

También recomendó a los padres estar pendientes de síntomas como: sed intensa mayor de la normal, o por el contrario, no quieren comer ni beber; si presentan vómitos frecuentes, más de tres evacuaciones en una hora, sangre en las evacuaciones o fiebre por más de tres días.

En caso de que presente alguno de esos síntomas deberán acudir inmediatamente al Centro de Salud que le corresponda para que sea valorado y atendido por un especialista, pues podría tratarse de una infección estomacal o diarrea aguda.