De manera unánime el Congreso local de Sinaloa aprobó la llamada “Ley antichancla”, cuyo objetivo es evitar el castigo corporal a niños y adolescentes como medida disciplinaria.

El mote de “Ley antichancla” hace referencia a la popular y tradicional práctica de “corregir” aquellos comportamientos que consideran impropios o groseros de sus hijos a través de violencia física.

La nueva legislación fue una propuesta de la Comisión de Equidad, Género y Familia, y es una reforma a la fracción VIII del artículo 83 de la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Sinaloa.

La nueva redacción quedó así:

“Abstenerse de cualquier atentado contra su integridad física, psicológica o actos que menoscaben su desarrollo integral; así como de ejercer cualquier tipo de violencia en su contra, en particular el castigo corporal. El ejercicio de su patria potestad, tutela o guarda y custodia no podrá ser justificación para incumplir la obligación prevista en la presente fracción”.

Es decir, la medida también incluye prohibir cualquier otro tipo de “correctivo” físico, pues de acuerdo con los legisladores no existe justificación alguna para cualquier tipo de violencia familiar bajo el argumento de educar.

Y es que, actualmente especialistas en desarrollo infantil afirman que la violencia familiar no se justifica en ningún caso, ni siquiera como una forma de educación, formación o medida disciplinaria: es un ataque a su dignidad humana y a su integridad personal.

Mientras, varios habitantes de dicho estado a través de redes sociales han manifestado su desaprobación contra esta iniciativa, ya que argumentan que este tipo de dictámenes solo darán como resultado que los menores crezcan rebeldes y groseros.