A los 88 años de edad, Toni Morrison, la mujer que contó y mostró con maestría y lirismo una parte esencial y trágica de la historia de Estados Unidos, murió en el pequeño pueblo neoyorquino de Grand View-on-Hudson.

Con su prosa Morrison puso a los estadounidenses blancos y negros frente al espejo de la verdad sobre la que se había levantado ese país: la raza, la esclavitud y la memoria las cuales confluyeron en su obra, en una lucha insomne en busca de la identidad y la integración de la cultura afroamericana.

Por ello, en 1993, con solo seis novelas publicadas, la Academia Sueca le concedió el Nobel por “su arte narrativo impregnado de fuerza visionaria y poesía que ofrece una pintura viva de un aspecto esencial de la realidad norteamericana”.

Ese no sería el único reconocimiento de Morrison también llegaría a ser miembro de la Academia Americana de las Artes y las Letras y del Consejo Nacional de las Artes.

Además, sería uno de los pocos escritores que ha tenido el privilegio de gozar de la admiración del público y de la crítica desde su primer novela “Ojos azules” de 1970 hasta “El origen de los otros” de 2016, una recopilación de conferencias sobre la raza y la tendencia del ser humano a la creación del otro, la identidad propia y la inevitable que crean los demás sobre cada individuo.

Sus novelas no sólo reflejaron su visión del mundo, sino también su vida.

Nacida el 18 de febrero de1931 y bautizada como Chloe Ardelia Wofford, pasaría su infancia entre la pobreza y una adolescencia trabajando como empleada doméstica, llegaría a la Universidad Howard de Washington donde se hizo llamar Toni.

En 1953 se graduó en Filología Inglesa y en 1958 se casó con el arquitecto jamaicano Harold Morrison. El matrimonio duró hasta 1964 y ella se quedó a cargo de sus dos hijos en Siracusa. Allí empezó a trabajar con la editorial Random House, hasta que a finales de los años sesenta se trasladó a Nueva York como editora del mismo sello. Su gran año llegó en 1970, al publicar su primera novela en la que había trabajado desde finales de los años cincuenta, Ojos azules.

Tras Ojos azules, Toni Morrison escribió Sula (1973); La canción de Salomón (1977), por la que obtuvo el Premio Nacional de la Crítica; La isla de los caballeros (1981); Beloved (1987), por la que recibió el Pulitzer, y Jazz (1992), que no dejó dudas de su maestría para que le concedieran el máximo galardón al año siguiente.

Un lustro más tarde reapareció subiendo más peldaños creativos sin dejar de explorar en obras como Paraíso (1997), Amor (2003), Una bendición (2008), Volver (2012) y La noche de los niños (2015). Once novelas en total, un par de libros infantiles y cuatro ensayos.

Con información de El País