Como gesto de corrección política y para “no ofender” a nadie, la Unesco pidió a un artista plástico ponerle ropa interior a sus estatuas desnudas para poder exhibirlas en su sede de París.

La solicitud se le hizo a Stéphane Simon un día antes de que se inaugurara su exposición “In Memory of Me” conformada por una serie de piezas que si bien muestran su anatomía al desnudo no tienen ninguna connotación sexual.

De acuerdo con el creador su exposición busca cuestionar el culto a las selfies, valiéndose de esculturas griegas a punto de hacerse un autorretrato, para que el espectador se reconozca en la pose de las esculturas y al mismo tiempo, es una invitación para que se fotografíe con ellas.

Y es que, las esculturas mantienen proporciones reales con lo que se buscaba que el espectador rompiera la barrera entre la realidad y lo virtual.

Si embargo en la muestra lo que destacó más fue observar las piezas con ropa interior, ello para no “afectar subjetividades”. No obstante, la acción fue criticada por visitantes y usuarios de internet quienes consideraron que la Unesco estaba censurando el arte.

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No obstante, de acuerdo con la Unesco fue un malentendido y un problema de comunicación.

De acuerdo con la institución fue Stéphane Simon quien mencionó que habría desnudos por lo tanto les propuso quedarse “junto a las piezas para, de ser necesario para los usuarios, cubrir el sexo de las piezas”, e incluso mostró disposición para vestir a todas las esculturas “en caso de ser necesario”.

En consecuencia, la Unesco dio por entendido que todos los desnudos estarían cubiertos, por ello un día antes de la inauguración, al ver las piezas expuestas, solicitaron a la artista agregarles “paños interiores” que van desde tangas hasta calzones de diferentes tamaños.

Sin embargo, para los visitantes, el artista e internautas la reacción de la Unesco es un acto de censura que una vez más, indica que el cuerpo humano debe seguir escondiéndose y en consecuencia, abre el debate respecto a si los desnudos en el arte deben censurarse.

No es la primera vez que el primer mundo reprueba una escultura, en 2018 Reino Unido y Alemania censuraron la obra de Egon Schiele por considerarla “pornográfica”. En 2017, lanzaron una campaña para que el Metropolitan de Nueva York censurase el cuadro Thérèse Dreaming, por ser “sexualmente sugerente”, al mismo tiempo que en internet crecen las recreaciones “censuradas” de cuadros como el de “La Libertad guiando al pueblo”, en el cual “Libertad” ya no aparece con sus pechos desnudos.