Roxana Luna, Eduardo Rivera y Juan José Espinosa son algunos de los candidatos que dejaron atrás viejas rencillas con otros partidos, funcionarios y corrientes para unir fuerzas y lograr un nuevo cargo político, situación que justifican pues lo hacen “a favor de los poblanos”.

El escenario político actual hizo de las precampañas y campañas la navidad para los aspirantes, tal es el caso de Roxana Luna Porquillo, candidata federal por la diputación federal del distrito 12 por la coalición Por Puebla al Frente, quien tras obtener la candidatura entró en un proceso de reflexión y “ha perdonado a muchos” de los que acompañaron al morenovallismo e, incluso, pidieron su expulsión.

De esa forma Luna Porquillo justificó el acercamiento con Martha Erika Alonso, esposa del gobernador Rafael Moreno Valle, administración durante la cual se coronó como una de sus principales críticas.

O el haber organizado una cabalgata en Atzizihuacan para apoyar a Mario Riestra Piña, candidato a Senado del PAN, quien fue el principal promotor de los cambios a la Ley Orgánica Municipal que le quitó a las juntas auxiliares el control del registro civil, situación que desembocó en un enfrentamiento entre campesinos y granaderos en Chalchihuapan.

Lo mismo sucede con el acercamiento y apoyo que recibe de Jorge Benito Cruz Bermúdez, presidente del Sol azteca poblano, cuando en 2016 denunció públicamente amenazas en contra de su hermano Vladimir Luna Porquillo, secretario del PRD en Puebla.

La excandidata a la gubernatura de Puebla, ante las incontables críticas que ha recibido, advirtió que no hay incongruencia al sumarse al proyecto de anteriormente llamó “represor”, sino responde a continuar representando a la izquierda en un gobierno de coalición.

Finalmente, Luna Porquillo respondió que continua siendo crítica de los gobernantes, sin embargo en esta ocasión y con Antonio Gali Fayad “han cambiado las condiciones de la entidad”.

 

La cuenta pública

Eduardo Rivera Pérez, quien desde 2015 mantuvo una confrontación pública con el exgobernador Rafael Moreno Valle, luego una supuesta fiscalización en su cuenta pública lo frenara para ser el candidato del PAN por la gubernatura del estado en 2016, regresó en 2018 como candidato a la alcaldía de Puebla por el mismo partido.

Rivera Pérez dejó atrás los días en que a través de videos defendía su administración, luego de que el Congreso del estado desistiera para impugnar el juicio de amparo que promovió el exedil poblano contra su inhabilitación por 12 años para ocupar cargos públicos.

“En Puebla se aplica la justicia a modo para perseguir a quien se interponga a los intereses personales de Moreno Valle y su grupo (…) todo esto es parte del proyecto de Moreno Valle ha quitado del camino a quien es un obstáculo en su intento de seguir controlando a Puebla, Quiere ganar en la mesa lo que no puede ganar en la calle”, dijo en un video, antes de que –a puerta cerrada- el entonces precandidato presidencial, Ricardo Anaya Cortés, negociara con el exgobernador Moreno Valle, la senaduría plurinominal y la candidatura de Martha Erika Alonso Hidalgo.

Presuntamente, habría sido Ricardo Anaya el que le pidió a Eduardo Rivera aceptar la candidatura para la presidencia municipal.

Semanas después, en febrero de este año, Rivera Pérez hacía campaña a lado de Jorge Aguilar Chedraui y Pablo Rodríguez Regordosa, dos de los diputados locales que votaron a favor de inhabilitarlo por 12 años e imponerle una multa de 25.5 millones de pesos.

Aguilar Chedraui como presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, fue desde el principio uno de los principales promotores del “juicio” contra su correligionario y que utilizó cada una de sus entrevistas para señalar que el único “corrupto” era el exedil.
Comentarios similares hizo su homologo, Rodríguez Regordosa quien se sumó al linchamiento mediático al que quisieron someter a Rivera Pérez, incluso después de que ganara en tribunales federales.
Tras oficializar su candidatura, Rodríguez Regordosa olvidó los agravios e incluso defendió la aspiración del ex alcalde, al considerar que tenía el legítimo derecho de participar en el proceso.

“Señorita”

José Juan Espinosa Torres y Héctor Alonso Granados, ambos candidatos a una diputación local tendrán que verse nuevamente durante algunos mitines que el Morena, el partido en turno que los acobija, realice en la capital pues ambos aspiran a una diputación local.

Fue en 2012 cuando Ignacio Molina Huerta, asistente del entonces también diputado, Espinosa Huerta, acusó a Alonso Granados, diputado del Partido Nueva Alianza (Panal) de hacer comentarios homofóbicos en su contra, al llamarlo “señorita” y “homosexual discriminado”.

Lo anterior ocurrió durante una sesión del Congreso del Estado cuando Molina Huerta entró al pleno para saludar a Mario Riestra, presidente de la mesa directiva, por orden de Espinosa Torres.

En ese momento Alonso Granados se acercó hasta donde estaba para decirle: “disculpe usted señorita, no puede estar usted aquí en el pleno”, al reclamarle, el diputado nuevamente ironizo: “disculpe usted señor homosexual discriminado”.

Más tarde, el expresidente de Cholula salió a la defensa de su asesor y recordó que no es la primera vez que el aliancista tenía arranques similares, ya que, en el pasado corrió a empujones a un reportero gráfico y llamó “muertos de hambre” a quienes lo cuestionaron.

Finalmente, Alonso Granados fracasó en su intento de defensa, pues en entrevista con medios, tras negar que hubiera emitido comentarios homofóbicos y en un intento de aclarar lo ocurrido, terminó declarando que a él no le interesaba “que el diputado José Juan Espinosa Torres esté rodeado de homosexuales”