Dos nuevos estudios han logrado confirmar la existencia de los llamados superrayos, unos destellos de luz que pueden ser hasta mil veces más brillantes que los relámpagos normales.

El término superrayo se acuñó en un estudio llevado a cabo a finales de la década de 1970, pero desde entonces, los expertos han cuestionado si estos relámpagos realmente son más brillantes que la mayoría de los demás o si simplemente parecen serlo debido al ángulo en que se llevan a cabo las observaciones satelitales, explicó LiveScience.

Recientemente, tras analizar datos recopilados a lo largo de años, los científicos han finalmente podido confirmar que estos rayos extremadamente brillantes pueden producir al menos 100 gigavatios de potencia. Para comparar, la energía producida por todos los paneles solares y turbinas eólicas existentes en Estados Unidos en 2018 fue de aproximadamente 163 gigavatios, según el Departamento de Energía del país norteamericano.

Los investigadores también han descubierto que los superrayos tienen un origen distinto a los relámpagos convencionales. Los rayos se forman cuando las cargas eléctricas en las nubes y en el suelo interactúan. En la mayoría de los casos, las nubes tienen una carga negativa, pero en la formación de estos relámpagos superbrillantes, las nubes están cargadas positivamente, relataron los científicos.

Ambos estudios acerca de los legendarios superrayos se han publicado el pasado 12 de noviembre en la revista científica Journal of Geophysical Research: Atmospheres.

Una de las investigaciones analizó los relámpagos más brillantes que se han registrado sobre las Américas, entre 2018 y 2020, por un sensor llamado mapeador geoestacionario de rayos —GLM, por sus siglas en inglés—, montado en los GOES-R, unos satélites meteorológicos geoestacionarios de la NASA.

En el segundo estudio, los científicos analizaron los datos recopilados entre 1997 y 2010 por el satélite FORTE. La investigación mostró que, como se sospechaba, ciertas condiciones de visualización pueden afectar el brillo del rayo. Cuando la observación satelital no estaba obstruida por las nubes, por ejemplo, un rayo podía parecer más brillante. Sin embargo, esto es un problema poco común que suele registrarse solamente en los superrayos de menor potencia.

Los investigadores han descubierto, además, que estos rayos extremadamente brillantes tienden a agruparse en regiones geográficas donde grandes tormentas eléctricas son comunes.

Además, la apariencia de los superrayos se asoció con relámpagos horizontales que pueden extenderse por cientos de kilómetros, los cuales recientemente se han denominado “megadestellos”.

Los científicos creen que los nuevos hallazgos podrían ayudar a comprender mejor los escenarios que pueden dar origen a estos rayos inusualmente poderosos.

Con información de Sputnik