Adriana Hernández Morales

Yo, Eduardo VIII de Gran Bretaña, Irlanda y los Dominios Británicos de Ultramar, Rey, Emperador de la India, por la presente declaro mi decisión irrevocable de renunciar al trono…”

Son las palabras con las que Edward Albert Christian George Andrew Patrick David, manifestaba su determinación de abdicar al cargo que desde su nacimiento estaba llamado a ocupar. ¿La razón?: la imposibilidad legal de contraer matrimonio con Wallis Simpson.

Una vez que la renuncia se hizo oficial, el nuevo Duque de Windsor decía:

“…me ha resultado imposible soportar la pesada carga de la responsabilidad y desempeñar mis funciones como Rey en la forma en que desearía hacerlo, sin la ayuda y el apoyo de la mujer que amo.”

En “Pasiones”, Rosa Montero nos narra dieciocho fascinantes historias de amor, pero no se trata de sencillos enamoramientos, sino de grandes romances, de apasionados arrebatos que van más allá de la razón y que influyeron en el rumbo de la política, el arte, las letras y la Historia.

“Estoy convencida de que sería beneficioso que Richard y yo nos separáramos durante una temporada. Tal vez nos hayamos amado demasiado…”

¿Se puede amar demasiado?, al menos así lo pensó alguna vez la bella actriz de ojos color violeta. Elizabeth Taylor y Richard Burton vivieron una pasión sin límites, pasaron por encima de cualquier convencionalismo social y se amaron hasta destrozarse. Es probable que nunca se hayan recuperado de los daños que mutuamente se provocaron, pero lo cierto es, que ninguno de los innumerables filmes que protagonizaron, alcanza a reflejar la tormentosa historia de su idilio.

Alexandrina Victoria, era muy bajita, tirando a rellenita, el pelo medio rubio, los ojos azules e inocentes, se sonrojaba y reía de forma tan natural que desarmaba a cualquiera. Tenía diecisiete años cuando conoció a su primo Alberto y se enamoró a primera vista. Esa dulce jovencita se convirtió en la imponente Reina Victoria, cuyo nombre nos refiere a una época de gran desarrollo económico en Inglaterra, pero también a una rigidez total en las normas sociales.

Dice Rosa Montero que la Reina Victoria no era victoriana, que estaba llena de vida y pasión; resulta difícil imaginar a la severa monarca a merced de grandes arrebatos de amor, sin embargo, su romance se prolongó más allá de la vida de su queridísimo príncipe.

“¡Oh!¡Yo que recé todos los días para que pudiéramos morir juntos! ¡Yo que sentí cómo me abrazaban aquellos benditos brazos, cómo me sostenían y apretaban en las horas sagradas de la noche, cuando parecía que el mundo era sólo nuestro y que nada nos podía separar!”

Marco Antonio y Cleopatra; León y Sonia Tolstoi; Evita y Juan Perón; John Lennon y Yoko Ono, son algunos de los relatos de grandes pasiones que nos ofrece este extraordinario libro, todos interesantes y cautivadores de principio a fin. ¿Acaso no fue uno de sus protagonistas quién cantaba: “All you need is love”? Veamos si estaba en lo cierto.

“Pasiones”

Montero, Rosa

Año de publicación: 2012

Editorial: Alfaguara

Mi correo: adrianahernandez1924@gmail.com


Adriana Hernández, es miembro del Club Nacional de Lectura Las Aureolas desde 1998, club fundado por Alejandro Aura en 1995. Es además una mujer comprometida con las causas sociales, abogada de profesión y lectora por vocación.