En 2017, el impacto económico de la violencia fue de 33 mil 118 pesos por persona en promedio, estas pérdidas per cápita equivalen a más de cuatro meses de ingresos de un trabajador mexicano promedio o a dos meses de ingresos de una familia mexicana.

De acuerdo con el Índice de Paz México 2018, en el apartado “El valor económico de la paz 2017” se destaca que en México la violencia e inseguridad costó cerca del 21 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de México, es decir cerca de 4.72 billones de pesos (249 mil millones de dólares) aproximadamente.

“La violencia y el miedo a la violencia crean grandes trastornos económicos. En tanto que los incidentes violentos generan costos por daños materiales, lesiones físicas o trauma psicológico, el miedo a la violencia altera el comportamiento de la economía, sobre todo al cambiar los modelos de inversión y consumo, pero también al desviar los recursos públicos y privados de las actividades productivas y dirigirlos a medidas de protección” específica el documento.

Es el Estado de México, el que mayor impacto económico sufre por la violencia ee México, la cual se le costó en 2017, aproximadamente 721.7 millones de dólares.

Campeche fue el estado que menos gastó en este rubro, con solo 19.3 millones de dólares.

En el caso de Puebla el gasto representó 159.3 millones de dólares.

Los factores que mayor impacto económico producen son el homicidio, delitos con violencia, gasto gubernamental en contención de la violencia, entre otros.

Como era de esperarse donde hay un bajo nivel de paz, el impacto económico de la violencia es mayor. Sin embargo, dado el alto costo del homicidio algunos estados padecen más el impacto económico de la violencia de lo que su clasificación en el IPM parecería predecir.

Con datos actualizados del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp) destaca que el impacto económico de la violencia aumentó 15 por ciento en 2017, para un total de 634 mil millones en pérdidas adicionales. Esto fue posterior a un incremento de 10 por ciento en el impacto económico de la violencia en 2016.

Para el informe se consideraron dos tipos de costos más un multiplicador: los costos directos y los costos indirectos. Ejemplos de costos directos incluyen costos médicos para las víctimas de delitos con violencia, deterioro del capital por la violencia, y los costos vinculados con los sistemas judicial y de seguridad.

Mientas los costos indirectos incluyen ingresos o productividad perdidos por traumas físicos y emocionales derivados de la delincuencia. Incluye también una medida del impacto del miedo en la economía, ya que las personas que temen ser víctimas de delitos con violencia muestran alteraciones de conducta.