Por Irene Bermejo

La administración del presidente Andrés Manuel López Obrador se encuentra ejerciendo presión sobre Petróleos Mexicanos (Pemex), con la intención de terminar el año con un superávit el gobierno está tratando de evitar cualquier posible rebaja a la calificación de su deuda soberana.

Desde el inicio de su gestión el presidente se comprometió a rescatar Pemex de su deuda; además de, generar una menor producción a largo plazo. Sin embargo, la petrolera enfrenta obligaciones por aproximadamente 100 mil millones de dólares.

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Por lo anterior, Pemex está retrasando pagos a los proveedores, los que vencen en diciembre próximo, y está pidiendo a su brazo comercial PMI que cancele 400 millones de dólares de una deuda de casi 3 mil millones.

El presidente de México ha hecho de la austeridad fiscal un pilar clave de su gobierno, y se está a punto de generar un superávit del 1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), antes de los pagos de intereses de este año, lo que representaría el mayor en una década.