Por Ruby Soriano

La política y la vida sindical tienen un paralelismo que nos lleva a mirar con especial detenimiento lo que implica la llamada libertad de asociación que fue pensada para lograr una democracia interna, donde los trabajadores tuvieran la libertad de elegir al sindicato que los representara.

Sin embargo, al igual que en la política, a los sindicatos en México les urge romper sus propios esquemas de sempiterno burocratismo, donde los líderes y ex líderes rapaces, encuentran en la representación gremial, sus nuevas formas de subsistencia.

La historia nos muestra que la memoria de los trabajadores no se equivoca, pues ahí tenemos los recuerdos de los viejos líderes sindicalistas como Fidel Velázquez, Blas Chumacero. La “Güera Rodríguez Alcaine”, Constantino Sánchez, Leonardo Contreras, Pedro Haces y el inefable Leobardo Soto.

Estas figuras agravian esas luchas que muchos trabajadores mantienen al interior de organizaciones donde las cuotas de un trabajador han servido para mejorar el status y el nivel de vida de los líderes, más no de los propios trabajadores.

Lo recientemente ocurrido en Audi abre el debate sobre esta libertad de asociación con la que varios personajes que ni siquiera son trabajadores de la empresa automotriz, se han lanzado a la creación de una nueva organización sindical cuya pantalla está muy bien dibujada a la manera y estilo del ex líder sindicalista de Volkswagen de México, Rey David García Avendaño.

Tal y como sucede en la política, el lanzamiento de este nuevo sindicato con su toma de nota ha llamado al reflector público sobre lo que implica para la vida laboral de los trabajadores de Audi.  Sin embargo, en los corrillos, fuera de lo público y en lo privado, las rupturas internas ya se presentaron entre quienes hace menos de una semana salieron ante los medios de comunicación a cacarear una unidad que no tienen.

Entre los trabajadores de Audi están circulando fotos, videos y audios donde los integrantes del nuevo sindicato mantienen discusiones acaloradas por el protagonismo de los personajes, los dineros, la recolección de firmas para avalar a la nueva organización y la integración de una serie de personajes que ni siquiera son trabajadores de la armadora alemana.

Es realmente doloso escuchar como estos “nuevos líderes” a unos escasos días de erigirse como una nueva organización sindical se están peleando el hueso antes de iniciar un trabajo y un permeo con las bases obreras.

La mano de Rey David el ex líder de Volkswagen ha provocado la desconfianza de muchos sindicalizados en Audi, pues se sienten una vez más, como la carne de cañón para satisfacer los deseos de un grupo que busca el control de la cereza del pastel, es decir, del Contrato Colectivo de Trabajo.

Esta estampa se repite de manera reiterada en muchas empresas poblanas a nivel nacional, donde los procesos de democratización son urgentes no sólo para sanear la vida sindical, sino para fortalecer la defensa de sus Contratos Colectivos de Trabajo.

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