Por Ruby Soriano

Segundas partes, nunca fueron buenas y esto lo estamos comprobando con la administración municipal que encabeza Eduardo Rivera Pérez.

De pronto el panista que ganó gracias al voto de castigo en contra del Ayuntamiento morenista de Claudia Rivera Vivanco, nos ha mostrado en cinco meses que su corrección de rumbo responde a esos indicios de corrupción y opacidad que no se han tomado el tiempo de aclarar a detalle y con una sólida argumentación.

Es verdad que Lalo se anotó un acierto al limpiar algunas calles del Centro Histórico del comercio informal.

Sin embargo, los señalamientos ante la ausencia de cámaras de vigilancia en la ciudad, nos deja en claro que en las prioridades del edil panista se enlistan en primer orden los presuntos negocios que se pueden estar haciendo con o sin su venia.

Seguimos esperando que transparente todo el tema de la compra y mantenimiento de cámaras de vigilancia y que esto no sea un ariete político para golpeteo, sino para un real análisis de lo que el alcalde y algunos de sus funcionarios están haciendo.

Como cada trienio sin el mínimo distingo, en los gobiernos municipales se pactan asignaciones de contratos con esas empresas fantasmas, se compran y se venden cámaras, uniformes policíacos, barredoras para la ciudad, mobiliario y todo lo que traigamos a la mente con el único afán de ganar el “cochupo”, el “diezmo”, aplicar el sobreprecio y hacer los grandes negocios del trienio.

Resulta desesperante ver a un edil aplicando una agenda de trabajo plagada de banalidades.

Qué nos digan a los poblanos cuánto costó la fea escultura que colocaron en el zócalo de ciudad,

Que nos informen ¿por qué se decidió mandar a hacer esculturas para el Centro Histórico, cuando lo que nos urge es tener seguridad en las calles?

Lalo nos aplicó la maldición de los Rivera a los poblanos, pues tener a gobernantes multifacéticos no funciona en tiempos donde como sociedad exigimos resultados.

Por eso votamos por él, para hacer un cambio de rumbo y no bolsear nuestros ingresos con la colocación de parquímetros, cuya concesión beneficiará a un grupúsculo de poblanos identificados con el inefable “yunque”.

Resulta un insulto a la inteligencia ciudadana ver a un gerente de la capital subir videítos de brochazos por un salario de 98 mil pesos mensuales. Es bueno tener un edil madrugador, pero verlo todos los días disfrazarse de un oficio sólo para la foto, resulta francamente ridículo.

Las mujeres seguimos esperando una agenda morada no de pañuelitos, sino de temas coyunturales donde se aborden de manera frontal los riesgos que enfrentamos las poblanas.

Estamos hartas de ver a su funcionaria en el ramo, hacer de su responsabilidad un verdadero show que está muy lejos de una seria atención a las mujeres.

Es imprescindible decirle señor Alcalde que cada ciudadano tiene todo el derecho de exigir el respeto al voto que emitió por usted en la urna.

Si sus aspiraciones políticas a la gubernatura son su prioridad, entonces busque otros canales para conseguir cómo financiar su futura campaña y deje de bolsearnos a los poblanos.

Revise qué hacen sus funcionarios, díganos y muestre los contratos porque entonces nos preguntamos si su transparencia, es sólo de ornato.

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