Redacción

Genaro García Luna fue presentado con acusación formal actualizada de conspiración criminal para distribuir cocaína ante lo cual el acusado se declaró “no culpable”.

El juez federal Brian Cogan, encargado del caso del exsecretario de Seguridad Pública de México, presidió la audiencia en preparación para un eventual juicio dando lectura a cinco cargos que sustituyen a los originales.

Los cargos afirman que entre 2001 y el presente, García Luna trabajando como jefe de por lo menos cinco o más personas, conspiró para obtener, importar y distribuir cocaína en Estados Unidos y por declaraciones falsas a autoridades migratorias en 2018 al afirmar que no había cometido ningún delito.

Cogan, juez del Tribunal Federal del Distrito Este de Nueva York, preguntó a García Luna si entendía los cargos y lo escuchó declararse “no culpable”.

Los cargos modificados de los originales incluyen las acusaciones ahora formuladas contra los ex colaboradores de García Luna, Ramón Pequeño y Luis Cárdenas Palomino, quienes por ahora no están bajo custodia de autoridades estadunidenses.

La próxima cita para otra audiencia preparativa de un eventual juicio fue programada para el 7 de diciembre. Aun no hay fecha para un juicio, el cual si es realizado duraría aproximadamente 2 a 3 meses, según calculan los fiscales.

Cabe mencionar que la audiencia de hoy, que se realizó por video y teleconferencia por las medidas de mitigación de la pandemia, fue suspendida durante algunos minutos, luego de que los reporteros mexicanos ignoraran en repetidas ocasiones las órdenes del juez de guardar silencio.

“He pedido repetidamente a la prensa mexicana dejar de hablar en esta llamada”, declaró, con una intérprete oficial repitiendo en español, y al final Cogan dijo que suspendió el proceso y lo programaría para otra fecha.

“Chinguen a su madre, periodistas”, se escuchó a uno de los participantes frustrados después de la decisión del juez de concluir la sesión.

Pero poco después, reporteros que han cubierto el proceso desde un inicio recibieron alerta de que el proceso continuaría con la esperanza de que muchos de los que habían ingresado anteriormente y no acataron las reglas de silenciar sus teléfonos no regresarían, tal como sucedió.

Con información de La Jornada