Por Ruby Soriano
La rebelión en la granja poblana morenista se desinfló rápidamente.
Las marchas se “marchitaron”, las protestas bajaron y los acuerdos en lo oscurito se incrementaron para diluir la puja por la candidatura a la alcaldía de Puebla capital.
La clave no está en los cabildeos, ni en las negociones y me atrevería a decir que tampoco en las líneas que se puedan aventar de Palacio Nacional.
El hilo conductor que llevará a coronar a los “señores del cash” en las candidaturas de la cuarta transformación y por supuesto en la joya de la corona que es la presidencia municipal poblana, sin lugar a dudas será el sello inconfundible de los fondeos y negocios que se irán pactando de manera paralela a la designación de candidatos.
¿Quién dio más? Eso está más que a la vista.
Los llamados morenistas puros tendrán que comer muchos sapos sin hacer gestos, aunque varios de ellos aprendieron rápidamente a hacerlo, pues con la más franca desfachatez, empezaron a desfilar por las reuniones de José Chedraui, esmerándose en llevarle a los operadores, promotores, delegados y todos los viejos nombres que fueron desempolvados de las estructuras tricolores, pero ahora para revivir con el disfraz de nuevos morenistas.
Las mafias del cash están más que puestas para aventar sobre la mesa lo que haga falta para comprar candidaturas o militancias fast track que serán la nueva generación de ricos morenistas que surgieron de la necesidad de hacer muchos y jugosos negocios.
Será todo un espectáculo ver a las mujeres y hombres del morenismo duro que se ufanan de ser fundadores de un partido signar los apoyos al candidato del cash con sendos abrazos de caguamo cerrando las resquebrajadas filas de un partido que está en franca transformación de ideología, principios y sobre todo dignidad.
Hoy los llamados señores del cash dígase Pepe Chedraui, el gobernador Sergio Salomón, Alejandro Armenta y Jorge Estefan Chidiac empujan la liga de los billetazos para cerrar los acuerdos con la rebelión de morenistas rebeldones que terminaron siendo pipitilla para los verdaderos señores del Cash.
Y es que, aunque la ex alcaldesa Claudia Rivera hizo un buen “guardadito” a su paso por el Charlie Hall, sus recursos económicos siguen siendo morralla frente a lo que los señores del cash pueden mover y operar en las próximas elecciones poblanas.
Los aspavientos se empezaron a diluir e irán en extinción con el simulado mensaje de un cierre de filas que se traducirá en huesos, huesitos, impunidad y negocios, muchos negocios. “Puro cash cash”
